Todo listo para el Mundial de los 300.000 millones de dólares

GUILLERMO ARCE
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Óscar Vilda, director de la multinacional catarí Ooredoo, es responsable de la implantación del 5G en el país árabe, de la digitalización de los visados y de la gestión de las entradas para los estadios de fútbol

Españoles en Catar el día de la inauguración del estadio Lusail, donde se jugará la final. Óscar Vilda, 5 i.,con pantalón blanco y camiseta negra.

«Que gane España y que todo funcione bien y sin problemas». Para Óscar Vilda, nacido hace 53 años en Castrillo de la Reina, estos días previos al Mundial de Fútbol de Catar marcan el final de cuatro años y medio de intenso trabajo. Este directivo de la multinacional de las telecomunicaciones catarí Ooredoo ha encabezado al equipo responsable de implantar la tecnología 5G en el cien por cien del territorio del país anfitrión (similar al de la provincia de Burgos); de poner en marcha la tarjeta Hayya, el visado digital que permitirá moverse a los 1,7 millones de visitantes que espera un país que apenas tiene 2,8 millones de habitantes; y, por si fuera poco, por sus manos ha pasado el desarrollo, la gestión y la implantación de todo el sistema de venta y distribución de las entradas para, entre otros eventos, los 64 partidos de fútbol, repartidos entre 8 estadios y 5 ciudades que se celebrarán entre el 20 noviembre y el 18 de diciembre.

Catar, explica, lleva 12 años trabajando para este acontecimiento deportivo y lo ha hecho sin escatimar gastos. «Es un país orientado a dar a los visitantes la mejor experiencia en calidad de vida. Ha invertido todos los medios económicos necesarios para que todo salga fantástico», sentencia el directivo. 

Son 300.000 millones de dólares invertidos en infraestructuras, desde estadios de fútbol, autopistas, aeropuertos, hoteles, viviendas (se han construido más de 30.000 habitaciones) o una línea aérea, hasta las últimas tecnologías de las telecomunicaciones para que este acontecimiento deportivo llegue a más de 5.000 millones de personas.

En este descomunal esfuerzo ha contado con profesionales de todo el mundo, como este burgalés licenciado en Derecho y Economía en Deusto, máster en Administración y Dirección de Empresas por la IE Business School, que atesora un amplísimo currículum en multinacionales como Pepsi, Allied Domecq, Bic, Schweppes, Orange o Vodafone, donde llegó a ser director general en España.

Vilda llegó a Catar con su mujer Layla y sus cinco hijos menores. Hoy el más pequeño está a punto de cumplir los 18 años y el mayor tiene 23. Entre los preparativos del Mundial, todos ellos han dado el salto a la universidad, algunos están dando sus primeros pasos en el mundo de la empresa y todos -salvo uno- han regresado a España.

La casa familiar ubicada en la isla artificial de La Perla se va quedando vacía, al igual que las autopistas y avenidas marítimas que recorren la bahía de Doha, la capital catarí, espacio reservado desde el pasado 1 de noviembre para el disfrute de los 1,7 millones de visitantes previstos, que incrementarán en un 60% la población de país en apenas 28 días. «Todos estamos teletrabajando para ahorrarnos los desplazamientos con las avenidas y principales calles cerradas». 

Como director de Ooredoo, Óscar Vilda debe permanecer todo el Mundial en Catar -«aunque todo lo que tenía que hacer ya lo he hecho»- y ya se plantea ir a los partidos de fútbol en bicicleta. Pertenece a una operadora de telecomunicaciones propiedad del fondo soberano Qatar Invesment Authority. El 75% del mercado digital catarí está bajo su responsabilidad y, lógicamente, no se han escatimado en gastos para que la población local y visitante disfrute de lo último en comunicaciones. «Mi trabajo de estos años ha estado enfocado a proveer la mejor experiencia 5G y a la máxima velocidad en absolutamente todo el país (en ningún sitio hay menos de 400 megas), desde los estadios hasta el más remoto rincón del desierto donde viven los catarís beduinos y donde la gente va con los boogies a correr por las dunas». 

Toda la red digital está duplicada en todo el territorio, algo impensable en Europa «y menos en Castrillo de la Reina», bromea. Asimismo, ya están dando la mayor oferta de contenidos de televisión del mundo, también deportivos. 

La operadora catarí se ha ocupado del sistema de ventas y distribución de los más de 3 millones de tiques vendidos para el evento deportivo y todos los actos culturales y musicales que le rodean. «Toda la gente que visita el país va a tener una tarjeta con hasta dos gigas de datos gratis y llamadas ilimitadas dentro de la red catarí. Hemos creado call-center de atención al cliente en diferentes idiomas». Catar se va a llenar de hispanos, de argentinos, brasileños y mejicanos...

Es obligatoria la identificación de todos los que llegan al país y para ello se ha creado la tarjeta Hayya, una especie de visado complementario al pasaporte. Esta tarjeta se activará digitalmente en los aeropuertos, metros u hoteles, entre otros lugares, y se conectará al sistema del Ministerio del Interior al instante. «Hemos creado todo ese sistema con el Gobierno, que no solo identifica a las personas sino que les informa de todo lo que está programado cada día, desde partidos, conciertos, restaurantes o las rutas a seguir a los estadios...».

Precios. Catar, como es conocido, es muy pequeño, pero es el país con mayor renta per capita del mundo.En su subsuelo están las mayores reservas de gas del planeta, un tesoro más valioso incluso tras la guerra en Ucrania y el bloqueo a Rusia. 

Si los precios ya eran prohibitivos para el bolsillo occidental, en este final de año lo serán aún más. La vivienda ha subido hasta un 15% para los que vivían en el país árabe y por encima del 40-50% para los visitantes. Hay restaurantes que cobran hasta un 300% más. Un brunch (desayuno-almuerzo) con alcohol ha pasado de los 150 euros a los 500. Una cerveza estará entre 10 y 15 euros; un cubata superará los 40... «El alcohol está prohibido, pero se permite su consumo en muchos locales de ocio, algo impensable hasta hace poco...», remarca.