Las obras para instalar una nueva resonancia magnética en el HUBU ya han terminado, por lo que, una vez colocado el equipo e impartida la formación necesaria al personal, ha empezado a funcionar "con normalidad". Así lo explicaron fuentes oficiales del hospital esta semana, destacando que es "mejor" que el equipo al que reemplaza; entre otras cosas porque necesita menos helio líquido para refrigerar y funcionar.

La resonancia magnética es una prueba de imagen para diagnosticar o descartar determinadas patologías o dolencias, por lo que cada vez está más demandada. La lista de espera en el hospital para este tipo de estudios es abultada, con cerca de 500 atascadas en el HUBU a finales del 2023. Sin embargo y, como ya denunció este periódico sin obtener aclaración alguna, el hospital solo se atribuye responsabilidad en la demora de una de estas pruebas. En una veintena se la atribuye a los pacientes (por aplazamiento "voluntario") y en la mayoría, 478 casos, a los profesionales (aplazamiento "clínico").

La obra para restituir esta resonancia por otra se empezó a finales de enero y obligó a instalar dentro del recinto del hospital un camión con un equipo portátil, en el que se han estado haciendo resonancias buena parte del invierno. Sin embargo, otras tantas se externalizaron a la sanidad privada y, ahora, según destacan fuentes oficiales, "se recuperan". También es de esperar que reduzcan demoras.