Guillermo Arce

Plaza Mayor

Guillermo Arce


Somos basura

20/06/2023

Mucho se está hablando esta semana de las toneladas de basura que generó la fiesta en El Parral y del espectáculo descorazonador que la ciudad ofreció a los peregrinos que pasaron el día después del macrobotellón. Muy triste todo, pero es un espectáculo que se repite año tras año y que se olvida pronto gracias al eficaz trabajo de los profesionales de la limpieza. Sin embargo, 'parrales' hay muchos a lo largo y ancho de toda la provincia e incluso en el cinturón verde y en las propias calles de la ciudad, y nadie acude raudo a limpiarlos. Los vertederos aparecen, desaparecen y vuelven a prosperar y a regenerarse por mucho que duelan. Hemos interiorizado que deben existir (haya fiesta de guardar o no), que donde hay ya basura puede haber más basura y contribuimos a ello sin que nos tiemble la mano. Y no están solo en las cunetas de caminos y carreteras, los hay en pleno monte (algunos son ya montañas) y es fácil encontrarlos en las orillas de los ríos e incluso dentro de los mismos. Somos pura basura, unos cerdos, nos da lo mismo una vieja nevera, un bolsón de escombros, un tejado de uralita, que una colilla, el clínex del pis o el vaso de plástico del último calimocho. La mierda no está en la desembocadura de los ríos chinos ni en los suburbios de África, está entre nosotros, porque somos nosotros los que la generamos y nos desprendemos de ella como si fuese el moco debajo de la mesa. Hay que dejarlo claro: Los que ponemos el grito en el cielo por lo ocurrido en El Parral, lo hemos manchado. 

Nuestra educación no contempla el respeto por el desperdicio que generamos y por quienes lo sufren. En Japón sería imposible una conducta así, porque allí el concepto 'respeto' abarca a todos los ámbitos de la convivencia, desde el saludo al prójimo hasta el último envoltorio de papel de un caramelito, cuya presencia en el suelo se entiende como una falta de respeto.