Para que todo salga perfecto

R.E.C.
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Todos los fines de semana desde hace dos meses una docena de participantes del Vía Crucis de Villalbilla se reúnen para ensayar la representación

La plaza del polideportivo es estos días un escenario improvisado donde ensayan los actores. - Foto: Luis López Araico

En pocos lugares de la provincia la representación del Vía Crucis de Jesucristo se toma tan en serio como en Villalbilla de Burgos donde cada detalle se cuida minuciosamente. La escenografía, el sonido, el vestuario y el maquillaje tienen que ser perfectos.

Un trabajo nada fácil cuando se trata de coordinar a más de un centenar de personas, algo que requiere tiempo y dedicación. Por ello, el municipio burgalés lleva ya semanas volcado en los ensayos para que todo salga perfecto, con el añadido de la conmemoración de su 50 aniversario.

En la plaza del polideportivo, una docena de personas se reúnen cada fin de semana para perfeccionar y pulir los últimos detalles de un guión que adaptan cada año en una representación que, a pesar de congregar a cientos de personas cada Semana Santa, corre el peligro de tener errores con el sonido en directo. Por eso, es imprescindible los preparativos previos que llevan a cabo. A ellos se les añade también una decena de personas de la banda de cornetas y tambores, fundamentales para ambientar y dignificar la representación del Viernes Santo.

La banda de cornetas y tambores también ultima los preparativos de su actuación. La banda de cornetas y tambores también ultima los preparativos de su actuación. - Foto: Luis López Araico

Jesús, listo. Tiene 32 años, uno menos de los que había cumplido Cristo cuando murió en la cruz. Para Gabriel Arribas este será su cuarto año de participación en el Vía Crucis de Villalbilla en el papel de Jesús desde que le «fichara» el cura del pueblo.

Sabe que es una responsabilidad y también lo vive como un reto meterse en un papel del que espera ser «digno» para el pueblo que lo adoptó. «Se lo curran mucho, cada uno en su labor, no sólo los que actúan sino los que están detrás», afirma consciente de que acaparará más miradas y aplausos y no sólo por el aumento del tamaño de la cruz que llevará a cuesta sino por tener el personaje principal, lo que le parece «un poco injusto».

Aún así, para Arribas, que es creyente, representar la figura de Jesús en el Vía Crucis supone un ejemplo para ser en su día a día imagen de Cristo que «es lo que falta un poco en la sociedad», admite este joven cuya escena favorita, lejos de lo que la gente pueda pensar con la Crucifixión, se centra en el inicio, con la escenificación de la Última Cena y el Prendimiento.

Sin duda, una representación especial que se suma a la exposición fotográfica por el pueblo y a la inauguración de una cruz monumental en hierro forjado a las 18 horas de la tarde del Domingo de Ramos en las traseras de la iglesia y en las que han estado involucrados varias personas del pueblo que lo han hecho posible.