El dueño de Montefibre hunde en Gerona otra empresa

ARSENIO BESGA / Miranda
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La firma catalana Nylstar encara la liquidación, tras presentar el concurso de acreedores. La plantilla ve una «vida paralela» con la planta mirandesa y cree que el grupo Praedium solo ha tenido «fantasías»

Imagen de Alfonso Cirera, presidente de Praedium, encarándose con los trabajadores de Montefibre en 2021. - Foto: R.C.G.

El grupo Praedium, presidido por Alfonso Cirera, formalizó la compra de Montefibre en 2015 y siete años después la empresa volvió a entrar en concurso de acreedores, justo antes de despedir a las decenas de trabajadores que todavía quedaban en la planta mirandesa y que llevaban meses sin cobrar. Ahora, un curso más tarde, Praedium ha hecho prácticamente lo mismo con la marca Nylstar, una firma situada en Blanes (Gerona) que adquirió en 2009. De hecho, ya ha presentado la solicitud para entrar en concurso de acreedores, está a punto de liquidar la compañía y va a despedir a 80 empleados.

El presidente del comité de esta firma catalana especializada en la fabricación de nailon, Xavier Xerino, explica que «aunque pensábamos que no, la de Montefibre y la nuestra han sido vidas paralelas». Según argumenta, la plantilla ha observado como Alfonso Cirera «tenía una estrategia de reducción progresiva de la actividad y todo justificado por sus fantasías, porque no es del mundo textil».

Cuando comenzó su andadura en la histórica planta de Miranda, el grupo Praedium anunció que quería transformar las instalaciones para fabricar fibra de carbono y, ante esto, llegó a recibir millones de euros en ayudas públicas a fin de lograrlo. Sin embargo, no llevó a cabo ningún cambio. Por su parte, en Blanes «ha terminado teniendo el 90% de las máquinas paradas porque decía que solo quería vender los hilos más caros», apunta Xerino.

Estos giros en la dirección de Nylstar provocaron que, en cuestión de años, tanto la actividad como el número de personas que daban forma a la plantilla cayeran en picado.«Aquí había un producto consolidado. En 2015 se fabricaban 1.200 toneladas al mes y había en torno a 250 empleados, pero hemos terminado haciendo 50 o 60 toneladas y hemos pasado a 80 trabajadores», rememora el presidente del comité de empresa, quien insiste en que, efectivamente, han vivido una situación«similar» a la de Miranda.

Eso sí, Xerino advierte que «pese a tener una tesitura parecida y muy complicada para los trabajadores, aquí hay diferencias con Montefibre». Por ejemplo, en Blanes a la plantilla 'solo' le deben el 60% de la nómina de enero y no se han acumulado los impagos. Pero hay más cuestiones que distancian ambas realidades. «La principal es que en Miranda estuvo años sin actividad y aquí hemos estado trabajando hasta hace dos meses», explica, antes de añadir que «la única ventaja, por llamarlo de alguna manera, es que  hay una unidad productiva con clientes esperando, con una capacidad elevada que él no ha sabido aprovechar y con 80 trabajadores en la plantilla». 

El presidente del comité apunta además que «la salvedad es que solo hay 15 millones de deuda, no 40, y Nylstar tiene activos igual por 30 millones de euros en suelo industrial». Unido a ello, asegura que en torno al «50% de esa deuda es con la administración». Todas estas diferencias con respecto a Montefibre les hacen pensar que su futuro puede ser diferente. Precisamente, el  miércoles tienen una «reunión de reindustrialización» en la que se han citado tanto el comité como políticos locales y autonómicos, y el administrador concursal. Con todo, Xerino zanja que lo importante «es que aparezca un comprador del sector industrial que se quede la planta y la plantilla».