En uno de los momentos más negros de la historia reciente de Burgos, donde han fallecido más de 300 personas durante los últimos dos meses de pandemia, noticias como la que ha dado el Instituto Nacional de Estadística invitan algo a la esperanza. El organismo público ha dado a conocer los datos de nacimientos durante el pasado 2019, y pese a que cabría imaginar que sigan a la baja, han hecho todo lo contrario. Según el INE, en la provincia abrieron los ojos por primera vez el año pasado 2.413 niños (1.246 niños y 1.167 niñas), 62 más que durante todo el 2018. En este curso se registraron 2.351, octavo ejercicio con bajada del total y que parecía perpetuar la tendencia a la baja. No obstante esa dinámica se ha roto, en parte motivada por la llegada de inmigrantes, cuya promedio de hijos es superior al de los españoles.
Burgos se erige como uno de los pocos territorios donde la natalidad ha crecido con respecto al año anterior, ya que por ejemplo en Castilla y León se anota la peor cifra en toda la serie histórica, con datos recogidos desde 1975. En los 12 meses de 2019 llegaron al mundo 14.318 niños, un 4,8% menos que un año atrás. Además, en España cayeron un 3,5%, bajando por primera vez en mucho tiempo de los 360.000 partos anuales. Como en el caso de la comunidad, la cifra registrada en 2019 es la más baja desde el comienzo de la serie histórica en el año 1941.
Saldo negativo. A pesar de la buena noticia que ha supuesto el pequeño alza en cuanto a los nacimientos, las defunciones siguen siendo mucho más elevadas que los alumbramientos. En Burgos se registraron en 2019 hasta 3.875 (1.957 hombres y 1.918 mujeres), lo que provoca un saldo negativo de 1.462 burgaleses. A nivel regional murieron 14.299 personas más de las que nacieron, mientras que en el conjunto del territorio nacional el crecimiento vegetativo de la población fue negativo en 57.146 personas, el mínimo histórico desde 1941.
La edad media de maternidad de las burgalesas es del 32,58 años, que se rebaja hasta los 31,5 en el caso del primer hijo. En España la cifra promedio baja hasta los 32,2 años, aunque según apuntan desde el INE, se observa que la disminución del número de nacimientos se ve acompañada de un retraso en la edad de maternidad.