Policía y Guardia Civil se unen para frenar las olas de robos

FERNÁN LABAJO
-

Pese a que a priori parecen bandas distintas, ambos cuerpos comparten información por si hubiera coincidencias que vinculasen los asaltos detectados en la capital con los ocurridos en el alfoz

Patrullas de la Guardia Civil en el alfoz en los últimos días. - Foto: Alberto Rodrigo

A plena luz del día o con nocturnidad y alevosía. En naves equipadas con cámaras o en pisos que previamente tenían vigilados. El catálogo de robos de las bandas organizadas en la provincia de Burgos ha sido variado este otoño. Sucesos que han encendido las alarmas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que comparten información para saber si los asaltos guardan relación entre sí y de esta manera aunar fuerzas para dar caza a los grupos de criminales. En algunos casos ya se ha conseguido dar con los responsables. En otros, aunque las investigaciones están muy avanzadas, aún falta algo de tiempo para poder pararles los pies. 

En la capital han sido varios los barrios asediados por los cacos a lo largo del otoño. Vecinos de la zona sur fueron los primeros en denunciar el asalto de sus viviendas. Por el modus operandi apreciado por los investigadores, todo parecía indicar que las víctimas habían sido vigiladas a conciencia para saber sus costumbres y así poder entrar con la certeza de que no iban a ser sorprendidos en plena faena. Pero la colaboración ciudadana frenó en seco su escalada delictiva.
Tras varios golpes, un residente en Gamonal observó la actitud sospechosa de dos tipos a los que la Policía Nacional ya llevaba días pisando los talones. Llamó a la Comisaría y en cuestión de minutos organizaron una 'operación jaula' para taponar las salidas de la ciudad y así dar caza a los ladrones. Ambos, de origen georgiano, fueron arrestados e ingresaron inmediatamente en prisión.

Pisos bajos y chalés de la Castellana y Cellophane fueron los objetivos de los delincuentes que protagonizaron la segunda pequeña oleada de robos de los últimos meses. En cuestión de una semana, se denunció el asalto en cuatro viviendas a las que accedieron a última hora de la tarde tras forzar las puertas de los respectivos jardines. Se llevaron joyas, dinero en efectivo y todos los objetos de valor que encontraron. Coincidieron estos hechos con los ocurridos en el otro extremo de la ciudad, en Villímar sur. En este barrio, accedieron a varios pisos. Las primeras investigaciones descartaron que, pese a ser en fechas cercanas, los autores sean los mismos.

También en esas semanas de finales de octubre y principios de noviembre, la amenaza se trasladó a los polígonos de las afueras. En el alto de La Varga y el Clavijo de Villariezo empezó a ser habitual enterarse cada día de un nuevo robo en alguna de las naves. Nadie estaba libre, pues los negocios eran bien diferentes: construcción y reforma, maquinaria, talleres... Entraban, o bien a por enseres que pudieran tener un valor en el mercado de segunda mano, o a por neumáticos, que también tienen buena salida en lonjas ilegales de reparación de coches de la Comunidad de Madrid.

(La información completa y los avances sobre las investigaciones, en la edición impresa de Diario de Burgos de este domingo o aquí)