1.000 bodas, 500 divorcios

ANGÉLICA GONZÁLEZ / Burgos
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Todos los años se registran alrededor de un millar de matrimonios y se deshacen la mitad. El Ayuntamiento de Burgos publica una guía y organiza talleres de apoyo a las parejas que han decidido romper su vínculo

Bodas, divorcios y separaciones en Burgos.

A la abogada Miriam López Maqueda, que lleva dos décadas ayudando a parejas a divorciarse de manera 'responsable', tal y como ella lo denomina, no le gusta utilizar el término fracaso para referirse al final de un matrimonio: «Es más la terminación de una etapa que viene marcada por el hecho de que cada vez las parejas tienen menos compromiso y menos voluntad para que algo funcione -a veces vemos que en vez de colaborar, compiten- y esto contrasta con lo que ocurría en el pasado, en el que eran más comprometidas y más sólidas, entre otras cosas porque no había más opciones. Hoy hay muchas alternativas. En el despacho vemos parejas que no se llevan mal, pero que tienen aplicaciones en las que pueden conocer a otras personas. Hay tanta 'oferta' que, al final, hay gente que se plantea encontrar algo diferente».

Las cifras apuntan en un sentido parecido al que se desprenden de este análisis. Si se echa un vistazo a las del Instituto Nacional de Estadística (INE) de la última década se ve que, aproximadamente, -número arriba, número abajo- todos los años se casan en Burgos un millar de parejas, se divorcian unas 500 y entre 20 y 30 se separan (la diferencia es que en el segundo caso no se disuelve el vínculo matrimonial). Se trata de una situación que se mantuvo intacta entre 2013 y 2019, pero que en el año de la pandemia decayó para ir creciendo en los siguientes. Incluso en el mismo 2020, cuando el país se paralizó, casi se igualó el número de bodas y el de rupturas: 514 frente a 420 divorcios y 17 separaciones.

El individualismo que marca la actual sociedad está, asegura López Maqueda, en el comportamiento de las relaciones de pareja y, según su experiencia, ha habido «un antes y un después» en la aparición de las aplicaciones para conocer a posibles nuevos compañeros y en los dos o tres últimos años, han empezado a aparecer propuestas de nuevas fórmulas como las denominadas parejas abiertas. «Nos encontramos con casos en los que un miembro lo propone y si el otro acepta, siguen adelante y si no, se plantea la separación, y entiendo que esto cada vez va a ser más habitual y que las fórmulas de convivencia van a cambiar cada vez más», asegura.

Hay que empezar a hablar del divorcio como algo habitual y natural. Las personas siguen adelante y, si tienen hijos, deben entender que siempre serán familia»

Cuando un matrimonio decide terminar, López Maqueda siempre apuesta por la 'separación responsable', que define como «entender que es un fin de etapa y no un fracaso; un fracaso depende de uno mismo y en una relación de pareja las cosas dependen de dos, tenemos que empezar a hablar del divorcio como algo habitual y natural en la sociedad porque las personas siguen adelante por separado aunque entendiendo que siguen siendo familia y siempre lo serán». Así, una 'buena separación' es aquella en la que ambas partes ponen el foco en gestionar de la mejor manera el proceso «aunque sea duro y doloroso y haya conflicto y se tenga que pasar un duelo que, a veces, es más duro que el de una pérdida de otro tipo», porque entienden que aunque la relación de pareja se acaba siguen siendo una familia, algo que ocurre, fundamentalmente, cuando hay criaturas, que unen a esas dos personas para el resto de la vida: «Esto se consigue cuando ellos mismos se siguen viendo como familia».

Al despacho de López Maqueda y de la psicóloga Aurora Sastre Ubierna, especialista en mediación familiar, acuden matrimonios en crisis a los que ayudan a valorar si necesitan una terapia conjunta para poder «volver a constituirse o matizarse como pareja» o para divorciarse. «Nosotras les acompañamos a tomar la mejor decisión, no siempre que llegan aquí se van a divorciar», afirma la abogada, que aclara que los niños nunca acuden al gabinete, «aquí no se les implica sino que se asesora a los adultos sobre cómo proceder con ellos».

La familia extensa -tíos, abuelos...- no debe meterse en un proceso de separación y menos hablar mal  de un progenitor»

Lo más conveniente, a su juicio, es que acudan las dos partes: «Son procesos en los que la imparcialidad, la confianza y la transparencia son fundamentales, tanto entre ellos como con el profesional que interviene. Cuando reciben la información en igualdad de condiciones y al mismo tiempo se relaja mucho la situación y, al final, ellos mismos se constituyen como equipo, por eso lo más importante es elegir a un profesional especializado en Familia, a poder ser una única persona que pueda mediar y llegar a acuerdos. 

Para ello se cuenta, además, con una enorme evolución del Derecho de Familia en las últimas dos décadas.  Antes, relata la experta, solo existía un tipo de custodia, en la que lo más habitual era que se le diera a la madre y el padre pasara una pensión a las criaturas: «Hoy en día hay tantas custodias como familias existen y no hay ganadores y vencidos, se debe desterrar ese prejuicio que dice que en un divorcio siempre va a perder el hombre, ahora mismo hay tipos de custodias que pueden ser tanto compartidas como 'compartidas-repartidas' o progresivas, en diferentes porcentajes para cada progenitor adecuándose a las necesidades de los niños porque como cada vez son más jóvenes las parejas que se divorcian y los hijos son más pequeños hay que amoldarse a sus situaciones». 

En la actualidad hay tantas custodias como familias existen y no hay ganadores ni vencidos»

López Maqueda y Sastre son las autoras de Si la familia cambia, una guía para acompañar a las familias en procesos de separación o divorcio que acaba de publicar el Ayuntamiento, con ilustraciones de Eva Carot. El librito, que pretende concienciar de que una ruptura de pareja solo implica que la familia «se transforma», va dirigido no solo a padres y madres sino también a la familia extensa (abuelas, abuelos, tías, tíos, etc.) y a todo tipo de familias como se aclara al principio: «A lo largo del texto, cuando escribimos 'mamá y papá' o 'progenitores' nos estamos refiriendo también a 'mamá y mamá', 'papá y papá' o a cualquier tipo de condición en la que cada uno se sienta representado/a, contemplando la gran diversidad de familias con las que convivimos hoy en día».

Precisamente, con respecto a la familia extensa, la abogada aconseja que adopten un papel de no juzgar y no posicionarse ni a favor ni en contra de ninguno de los dos miembros del matrimonio: «Los abuelos nunca pueden hablar mal de los progenitores, que es algo muy difícil, pero que si se produce no le hace ningún favor a los niños sino al contrario. Definitivamente, no hay que meterse». 

Además de la publicación de la guía, el Ayuntamiento ha organizado dos talleres denominados 'Apoyo en procesos de separación y divorcio'. El primero se celebrará los días 22 y 29 de noviembre; 13 y 20 de diciembre y 10, 17, 24 y 31 de enero de 19,30 a 21 horas en el centro cívico San Juan (las inscripciones pueden hacerse hasta el día 9 llamando al 010), y el segundo, a lo largo de 2024.