El municipalismo fue el primer frente de oposición que levantó el Partido Popular contra el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. En Burgos les funcionó y el alcalde-parlamentario, Juan Carlos Aparicio, mejoró su resultado de 2003 a cuenta de IU. Los ‘rojos’, con Jesús Ojeda como candidato a la Alcaldía, se quedaron a 328 votos de obtener su único concejal, que acabó en la saca del PP por esas cosas de la Ley D´Hont que tanto interés despierta... ahora.
El PSOE, que intentaba por tercero (y última) vez gobernar la ciudad con Ángel Olivares al frente, hizo una furiosa llamada al voto útil. Y se produjo, a pesar de que la participación bajó un 4%. Eso sí, perdió 1.800 votos que le hubieran dado el undécimo concejal. Aunque eso no habría equilibrado fuerzas, igualaría su mejor registro histórico, el de 1991.
Hubo más castigo para la Solución Independiente de José María Peña y Cristino Díez, sometidos a ser un binomio político. Perdieron más de 2.500 votos, pero mantuvieron los dos escaños. A la postre, el resultado de 2007 acabaría suponiendo la salida del salón de plenos de dos exalcaldes. Otra de las claves del resultado fue que Gamonal comenzó a equilibrar fuerzas y dejó al PP a apenas 900 votos del PSOE en su feudo más fiel. Y todo después de los altercados de Eladio Perlado (2005).
2007. El PP crece y entierra a IUDe aquellas listas quedan también algunas anécdotas que vienen a cuento. Quizás la del PSOE les parezca una candidatura de efebos, pero sepan que ya en 2007 Daniel de la Rosa ocupaba el número 10 de la plancha socialista, Nuria Barrio el 17 y David Jurado el 24. A la vista de los acontecimientos, Jurado fue el que más corrió después. Los ‘populares’ hicieron la campaña vestidos de naranja, color que abandonaron y que alguien decidió volver a poner de moda unos años después. Y, por supuesto, todos los partidos prometieron eliminar el poblado chabolista de El Encuentro, ese que también están prometiendo erradicar en 2019.
ALTAS ESPERANZAS. Conviene subrayar que esta campaña electoral se desarrolló en vísperas del estallido de la burbuja inmobiliaria. Por tanto, no es extraño que se hablara de obras que hoy se antojan faraónicas con mucha ligereza. Un dato: la Federación de Asociaciones de Vecinos pedía convertir la plaza de toros en un multiusos y, además, construir el pabellón Arena. Otro: el PSOE ofrecía construir un nuevo estadio y un nuevo coso en el emplazamiento que aún ocupan. Más: el PP quería hacer de Burgos un queso Gruyer y planteaba túneles en la calle Valladolid o en la plaza del Rey. YSI quería eliminar impuestos. No reducirlos, sino eliminarlos. La realidad, menos de un año después, nos llevó a todos a otro escenario.
También fue importante el debate sobre el urbanismo a predicar. Se hablaba de un nuevo Plan General y la promoción pública de VPO, con sus cosas buenas y sus cosas malas. El PP dijo que iba a levantar nada menso que 3.000, 700 de ellas en Villalbilla. Nunca se supo. El PSOE, que las pocas que se hacían se adjudicaban a dedazo limpio. E IU, que no debería haber más programa que levantar viviendas para la gente que no se podía subir a la cresta de una ola que, hoy sabemos, fue tsunami.
Los líderes mejor valorados por los ciudadanos en las encuestas -que vaticinaron la mayoría absoluta del PP e incluso llegaron a darle un escaño más- eran tanto Ángel Olivares como Juan Carlos Aparicio, los dos candidatos con un pasado en la política de Estado.
Las peatonalizaciones también ocuparon buena parte de la campaña. Solución Independiente defendía la cobertura del canal del Vena en la calle San Lesmes para peatonalizar el primer tramo de la calle Vitoria. La idea fue después desechada por el PP aludiendo al valor patrimonial del puente de San Juan y a la condición del Camino de Santiago como Patrimonio de la Humanidad. El tren estaba a punto de dejar de seccionar la capital y unos y otros prometían la mejor cirugía urbana posible (ya estaba todo atado y bien atado con Herzog y De Meuron), y no faltaron las propuestas que se convertirían en clásicos, caso del concurso de ideas para el Mercado Norte y Hortelanos. Concurso que, por cierto, ya está resuelto. Sólo hemos tardado 12 años en lograrlo.