Suave, como a la que canta en su nuevo álbum, se presume la noche que brindará Luz Casal el sábado 28 de octubre. Pero también roquera, enérgica, emocionante, inolvidable. Su poderosa voz volverá a sobrecoger al Fórum Evolución. Suave es la noche porque tú estás, porque me mimas con tu bondad, quiero lo mismo que los demás, que alguien comparta mi soledad... Su soledad la romperá el público burgalés, viejo conocido de la artista gallega, que ha pasado por tierras burgalesas en numerosas ocasiones. Regresará en otoño, con la gira de presentación de su último disco, Las ventanas de mi alma. Las entradas para descubrir cómo suenan sus once canciones en directo, más algunas de las imperdibles de su larga trayectoria musical, ya están a la venta en las taquillas habituales y en TeleEntradas.
Dicen que este trabajo, el decimoséptimo de estudio, con apenas dos meses en la calle, se perfila como el más personal y autobiográfico de la cantante. El Hola, qué tal del que fue su primer adelanto, en el que recoge su experiencia durante la pandemia, las sensaciones de las más de dos mil llamadas telefónicas que realizó para aliviar y acompañar a la gente durante el confinamiento, ya se ha quedado en la mente de quienes vivieron esas circunstancias. Sé que soy capaz de ponerme en tu piel, de sentir a la vez tus penas, te sorprenderás, pero he sido también muchas veces rehén de mis flaquezas... Un momento de la vida, de la historia de la humanidad, que Dame tu mano también recoge. Dame tu mano, toma la mía, somos dos seres buscando salida de este universo cargado de ira...
Otros sentimientos como la pérdida (Duele), la fugacidad del éxito (Antes que tú), el amor (Estaba escrito) o las fragilidades de la vida (Las ventanas de mi alma) apuntalan este álbum, que se cierra con un tema rescatado del baúl de los recuerdos, guardado desde los años 90, que publica por primera vez, Un poco más de amor, en el que se pone la chupa roquera y, rebelde, canta las cuarenta a quienes llevan las riendas. El mundo se ha vuelto rojo de sangre y fuego, vamos ciegos, siempre al compás que nos obliga el que manda más, que ocurra pronto un milagro para evitar el naufragio de la humanidad, que callen esos fusiles, no quiero ver más los mil perfiles de Satanás...
Luz Casal integra el pelotón de los incombustibles. Grandes figuras de la historia de la música que se mantienen en la carretera, cuatro décadas en su caso. Inconformistas, ávidos por descubrir nuevos lugares, con hitos en sus trayectoria en forma de canción (No me importa nada, Piensa en mí, Entre mis recuerdos, Te dejé marchar, Un año de amor...) y sin dejarse endiosar por los muchos reconocimientos que avalan su trayectoria. Hace apenas un par de semanas recogía el último, de nuevo en Francia. El país vecino la ha nombrado Comendadora de las Artes, la máxima distinción artística, título que comparte con, entre otros, David Bowie o Bob Dylan. Suave es la noche en este momento dulce de mi vida.