La información facilitada por los padres de unos alumnos de un instituto de Burgos puso en alerta a la Unidad de Policía Administrativa del cuerpo municipal sobre una fiesta privada en el bar La Ciudadela, donde el pasado viernes desalojaron a una treintena de menores de quince años por no poder participar en este tipo de eventos. El propietario del local asegura que contaba con la autorización de todos los progenitores, que había solicitado permiso para poder celebrarlo y que tenía un control pormenorizado de los chicos. Se enfrenta, sin embargo, a una sanción muy grave castigada con hasta 600.000 euros de multa. 

Una vez puestos en conocimiento sobre la celebración de este evento, varias patrullas de la Policía Local se personaron en este local ubicado en el mirador del Castillo. Al llegar, descubrieron que efectivamente había menores de edad, estudiantes de primero y segundo de Bachillerato, y también menores de 16 años. En concreto, 30 niños que, según la Ley de Espectáculos de Castilla y León, deben estar acompañados de sus padres en locales con licencia B.5 de sala de espectáculos. 

(Más información en la edición impresa de Diario de Burgos o aquí)