Noche de emociones contenidas

B.D.
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Las imágenes de Nuestra Señora del Amor Hermoso y el Misterio de la Coronación de Espinas procesionaron desde la céntrica iglesia de San Lorenzo llevadas a hombros por 80 costaleras y costaleros

La salida de la imagen de la Virgen, portada por 50 costaleras, fue uno de los momentos más especiales de la noche. - Foto: Luis López Araico

El silencio y el fervor, solo roto en algunos momentos por las cornetas y tambores, volvió anoche a tomar las calles del centro histórico tras la salida desde la iglesia de San Lorenzo el Real de la Virgen del Amor Hermoso, venerada imagen que goza de gran devoción y cariño y no solo entre los más de 150 cofrades (hombres y mujeres) que conforman la Coronación de Espinas y de Cristo Rey, organizadores de la procesión. Centenares de fieles abarrotaron el recorrido de este paso, que como ya es tradicional se desarrolló a oscuras, lo que dio más realce al emotivo momento.

Hasta el instante de la salida procesional la talla permaneció en el interior del templo, donde todo el que lo deseaba podía acercarse a ver su rostro. La parroquia fue escenario de un continuo ir y venir de feligreses. A las puertas de la iglesia centenares de devotos y curiosos esperaban ver el rostro de la divina señora. El recogimiento y el respeto invadían el ambiente en una de las noches más importantes de la Semana Santa burgalesa. El adorno floral de claveles y rosas blancas y la luz de las velas resaltaba la belleza y pureza de esta imagen de autor anónimo.

A las diez en punto, medio centenar de mujeres, entre ellas varias jóvenes, alzaron la talla, gesto que arrancó aplausos y lágrimas entre las numerosas personas congregadas, que lanzaron vivas a Cristo Rey y a la Virgen del Amor Hermoso. El canto del Ave María, mientras  el paso era mecido hacia la salida, fue uno de los momentos más especiales de la noche. En la calle, las notas musicales de la banda de cornetas y tambores de la Coronación de Espinas y de Cristo Rey favorecieron aún más la emoción.

La Virgen, que en 2022 estrenó nuevo trono de líneas malagueñas, iba vestida con un gran manto negro en señal de luto e iluminada por 50 velones, uno por cada costalera.  

El entorno no podía ser mejor. Al paso del trono por las grandes puertas una hermosa fotografía se rendía al objetivo de las cámaras y los móviles: la imagen en procesión bañada por el cariño de la gente. La talla salió de la iglesia precedida por el misterio de la Coronación de Espinas (Francisco de Borja, 1945), esta vez portado por 36 costaleros, entre ellos también algunas mujeres, que hicieron más que milagros para sacar el paso a la calle, poniéndose de rodillas y algunos, incluso, semi tumbados.

La procesión, que se extendió durante dos horas bajo una luna llena, recorrió las angostas calles de San Lorenzo, San Carlos, Almirante Bonifaz, San Juan, Laín Calvo y Arco del Pilar, hasta volver a la parroquia. Allí, de nuevo, los costaleros volvieron a mostrar su habilidad, introduciendo los pasos, esta vez, caminando hacia atrás. Antes de la despedida, se cantó la Salve y sonó el Himno Nacional.