Llegó el día. Evaristo Ruiz Arzalluz se despidió ayer del Hospital de los Santos Reyes en Aranda de Duero. Recaló hace 16 años como director médico y desde 2019 ejercía como gerente. Asegura que se marcha "satisfecho" porque ha recibido el apoyo "sin fisuras, unánime, de todo el hospital", tanto de los jefes de servicio, como de médicos y el resto del personal sanitario, y especialmente de los usuarios. "Yo con eso ya estoy pagado", remarca en declaraciones a este diario.
Los impedimentos para compatibilizar su puesto de gerente con la labor asistencial desembocaron en su renuncia, confirmada de manera oficial el 4 de mayo y que cayó como un jarro de agua fría entre la plantilla. Arzalluz subraya que esta situación no le deja un sabor agridulce ya que, a su juicio, "no ofende el que quiere sino el que puede". Y a él le vale el respaldo de los que han sido sus compañeros, que un día después no dudaron en publicar un comunicado en el que tacharon de "desleal" a Sanidad y acusaron a ciertos políticos de "emponzoñar". En cualquier caso, el hasta ahora gerente admite que le ha dolido más por su familia, "que se ha visto vituperada en los medios". En lo que a él respecta, asegura rotundo que eso le "rebota completamente": "De la clase política no espero nada y, por tanto, no estoy decepcionado. Lo que han hecho es lo que me esperaba. Allá cada uno con su conciencia. Yo la mía la tengo tranquila, duermo bien. He hecho lo que he podido, pido disculpas por lo que he hecho mal y ya está. El lunes iré a mi plaza en Arévalo con mis pacientes".
Sobre el lío de las guardias, Arzalluz indica que comenzó a hacerlas en la pandemia y que "nadie puso ninguna pega". Después le comunicaron que debía dejar de realizarlas porque "no estaba claro" que fuera compatible. Con el cambio de consejero, las retomó. Pero "un poco cansado de este ir y venir", decidió preguntarlo por escrito. Al final, en la Consejería de Presidencia le contestaron que necesitaban tres meses para dilucidar este asunto. Sin embargo, Arzalluz defiende que no puede dejar de atender pacientes "porque vas perdiendo habilidades y llega un momento en que no puedes volver a la medicina porque no sería ético, estás desentrenado".
Llegados a este punto, sostiene que vuelve a la práctica asistencial "y ya está". Algo que argumenta así: "No quiero ningún privilegio ni ninguna excepción. Que no es compatible, no hay ningún problema, me voy a mi plaza y ya está. Porque yo no soy gestor, soy médico. No puedo abandonar mi profesión, que es la que he tenido toda mi vida".
En cualquier caso, el hasta ahora gerente del Santos Reyes no esconde que "la explicación de todo esto es un tema político" y que en su momento quiso "reformar algunas cuestiones que no me parecían correctas y yo ya sabía lo que iba a pasar. Me dijeron 'te estás metiendo en terreno pantanoso, ten cuidado'. Y, efectivamente, me ha pasado factura. Lo de las guardias no se sostiene. Lo de las guardias es la consecuencia de haber cortado con ciertos comportamientos".
El lunes comenzará nueva etapa en Arévalo. "Me voy contento, con un poco de pena, pero contento", admite Arzalluz, mientras destaca que la plantilla de Aranda está "más que completa". Faltaba un geriatra y tomó posesión la semana pasada. Además, el nuevo hospital avanza a buen ritmo. Sobre su sucesor, indica que ha animado a dar el paso a dos personas de su confianza. "Cualquiera de los dos lo hará fenomenal", concluye.
El consejero. Mientras, el consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, afirmó ayer en Roa, donde acudió a participar en un acto electoral del Partido Popular, que están entrevistando a varios candidatos para cubrir la vacante que queda en la Gerencia del hospital arandino y que esperan hacerlo de manera inmediata, para que a primeros de junio pueda haber un nombramiento. Por el momento, se ha hecho cargo de forma interina el director de gestión, Antonio García Balcells, con apoyo de la gerente de área, Marta Puente.