Desde el pasado 24 de octubre, cuando Yolanda Bayo confirmó su dimisión, la Asociación de Empresarios de Aranda y la Ribera (Asemar) está sin presidente. Ante esta situación, las cabezas visibles han pasado a ser los dos vicepresidentes, Pedro Sardina y Roberto Rojo. Este último atiende a Diario de Burgos para explicar que la asociación sigue funcionando con normalidad y que seguirá sin cambios durante unos, también para analizar la situación del sector industrial en la comarca.
¿Fue una sorpresa la dimisión de Yolanda Bayo?
Tanto como una sorpresa no. Al fin y al cabo tenemos mucha relación personal todos y sabíamos que Yolanda tiene una situación personal que ya no le permite estar en primera línea ni estar continuamente pendiente de Asemar. Ella ha llegado hasta donde ha podido, pero llega un momento que ya no podía continuar. Era algo, por otro lado, esperado.
¿Qué cambios se han producido en Asemar desde la dimisión de la expresidenta?
Nuestros estatutos en cierta manera obligan a que cuando se produce una situación como esa, tiene que, inmediatamente, convocar elecciones. Sin embargo, en la junta directiva sabíamos que no iba a haber candidatos porque en Asemar siempre las elecciones han sido, más o menos, consensuadas y era muy repentino. Entonces plateamos una transición un poco más pausada. Principalmente porque no es fácil encontrar a una persona que sea un empresario, una persona con un cierto recorrido, con una cierta notoriedad, que tenga disponibilidad y tiempo para poder asumir la presidencia de Asemar. No es nada fácil. Es comprensible que cualquier persona que esté al frente de una empresa, sus jornadas laborales son muy dilatadas. En la junta directiva nos hemos planteado hacer una transición pausada, con calma y empezar a dar paso a nuevas generaciones, a nuevas personas que vengan con un cierto conocimiento de lo que es el mundo de la empresa pero que además se vayan implicando progresivamente en Asemar.
¿Y en la junta directiva actual hay presencia de esas nuevas generaciones?
La empieza a haber. La idea es empezar a dar paso a esta gente que pueda tirar para adelante. Poco a poco integrarlos en la junta directiva, que cojan experiencia y luego ya que se hagan cargo de vicepresidencias y presidencia. Sin embargo, tengamos en cuenta que la figura de la presidencia es una figura representativa, directiva también, pero representativa. Quiero decir, que Asemar continúa con un funcionamiento absolutamente normal, como siempre ha sido porque realmente las dos personas que están en el día a día, en la parte técnica, son profesionales contratados. Realmente no tenemos una prisa especial por tener una nueva presidencia. El planteamiento es hacer una transición pausada y muy controlada.
¿Cuánto tiempo puede durar esa transición?
Es una opinión casi personal y considero que van a ser meses porque tampoco vale cualquier persona, lógicamente.
Durante estos meses, ¿las caras visibles van a ser los dos vicepresidentes?
Sí, de momento sí. Ya lo éramos antes también. Yo llevo muchos años en Asemar y realmente ya he estado al frente de gran parte de las acciones que acomete.
A nivel de funcionamiento de Asemar, ¿el presidente tiene algún voto de calidad o poder similar?
No, aunque es verdad que es importante siempre que exista una cara principal, sobre todo desde el punto de vista de representación.
¿Que no se haya presentado ninguna candidatura tiene que ver más con la dificultad para encontrar a la persona idónea o con que Asemar es un toro difícil de lidiar?
Principalmente lo que he explicado. Hay muchas personas que nos haría ilusión poder tirar hacia delante con Asemar y muchas personas muy válidas, pero otra cosa es que tengas disponibilidad. Hay muchos actos y muchos eventos y tienes que tener disponibilidad.
¿En qué momento se encuentra Asemar como asociación?
En un momento muy bueno porque Asemar es una asociación muy estable. Tiene muchos años, mucha solera y tenemos una serie de socios que están y continúan con nosotros desde hace muchísimos años. Asemar aparte aglutina a otras asociaciones sectoriales que cada una tiene su situación, unas mejor, otras peor, pero lo cierto es que Asemar, por el contrario, es una asociación muy estable, básicamente estamos rondando siempre los mismos niveles de colaboración, de socios, en nuestra junta directiva están las principales empresas de Aranda...
¿Qué número de socios tienen actualmente? ¿Ha variado en los últimos años?
Ha variado muy poquitos para arriba, muy poquitos para abajo, porque una de las cuestiones particulares que tiene la Ribera, para bien y para mal, es que los niveles de empresas ni están subiendo ni están bajando, nos mantenemos un poco los de siempre, por lo tanto los socios estamos siempre rondando entre los 85-90 sociedades en Asemar y si contamos las otras sectoriales, pues unas 350 empresas y colaboradores.
¿En qué situación está el sector empresarial ribereño?
Asemar y las sectoriales estamos en un momento de una cierta, casi, preocupación. Nos estamos percatando de que la Ribera del Duero, así como tradicionalmente hemos tenido una fortaleza buena, incluso en las épocas de crisis, en cierta manera, todo el mundo presumía de que la Ribera estaba sorteando la crisis de una manera sorprendentemente menos mala, creo que en este momento está ocurriendo lo contrario. El carro de los años de mayor crecimiento en España, los últimos cuatro o cinco años que llevamos en un crecimiento importante, en el caso de la Ribera del Duero no es que aquí vayan las cosas mal, en absoluto, pero no estamos viendo ni la renovación ni el incremento de empresas ni de instalaciones que sí estamos viendo en otros sitios. La realidad es que en los últimos años, exceptuando casos muy contados, no estamos teniendo nuevas incorporaciones, nuevas empresas, nuevas inversiones relevantes en la Ribera. Mientras que sí estamos viendo, por ejemplo en Burgos, que ha habido un tirón muy fuerte los dos últimos años principalmente. Y esto consideramos que a medio, largo plazo, lo vamos a penar.
¿Y esto a qué se puede deber?
Pues me gustaría tener una explicación muy concreta, pero yo creo que esta imagen que hemos tenido de que la Ribera del Duero siempre ha estado demasiado bien, es una imagen que hemos tenido principalmente a nivel político en Valladolid, Burgos... también está haciendo que se están olvidando un poco de nosotros, porque ya estamos bien. Y posiblemente en diez años esta tendencia se gire. Lo cierto es que es una impresión que estamos empezando a tener en esta asociación e incluso en las sectoriales.
¿Cuáles son las principales necesidades o reivindicaciones del sector empresarial en la Ribera?
Prescindiendo de las infraestructuras, que son reivindicaciones tradicionales y que son fundamentales para que funcione a nivel económico esta zon, y volviendo un poco a la línea que comentaba antes, echamos un poco de menos volver a recordar que la Ribera es principalmente una zona industrial. Nuestra fortaleza en los últimos 30 o 40 años ha sido la industria. No olvidemos que Aranda es la tercera plaza industrial más importante de Castilla y León. Quizá esto lo estamos olvidando. Estamos haciendo grandes esfuerzos en otros sectores muy importantes, estamos creando una ciudad muy amable, muy bonita, muy paseable, pero nos estamos olvidando de la economía productiva. Queremos, en los próximos meses, hacer una cierta alerta de esta cuestión. Nos estamos olvidando de nuestra esencia, que la Ribera ha sido una zona que siempre ha funcionado muy bien por su diversificación, pero con un pie fundamental que ha sido la industria y otro pie fundamental que es que Aranda es el centro comercial de la Ribera. Esto ahora lo estamos abandonando a cambio de inversiones importantes en hacer una ciudad paseable, pero las personas que están en la economía productiva, paseas una vez a la semana y un rato, el resto tienes que trabajar, comprar, tener servicios... No estamos invirtiendo tanto en conservar nuestro pie fundamental como estamos invirtiendo en ocio y una ciudad bonita. Y esto tendrá un precio.
Una de las cuestiones que nosotros queremos proponer a nivel local es dar mucha más importancia a Promoción y Desarrollo, inclusive con una dotación económica mucho más importante de lo que tiene ahora. La persona que pilote esta concejalía tiene que tener una dedicación prácticamente exclusiva. Que volvamos a dar importancia a la economía productiva tanto como incluso a la propia figura de la Alcaldía, que sí tiene una dedicación exclusiva. Creemos que a esto tenemos que darlo un vuelco y potenciarlo, porque no es solo Aranda, es toda una comarca.
Se habla mucho del PGOU, se habla a veces de que frena la llegada o expansión de empresas, ¿es así?
La llegada de empresas no creo que esté relacionada con ello, lo que es cierto es que la actividad de algunas empresas sí, lógicamente. Hay muchas empresas del sector de la promoción y de la construcción que están muy desorientadas. No creo que en sí sea un problema para la llegada de una empresa, pero también hay que pensar en las que estamos.
¿Cómo son las relaciones con FAE? ¿La intención de Asemar es mantener su independencia a pesar de estar dentro de FAE?
La relación con FAE es más que buena, de hecho, Asemar es FAE, estamos dentro de FAE. Hubo unas ciertas diferencias hace tiempo sobre que se pierda la identidad como Asemar. Nosotros de lo que nos percatamos es de que los intereses y las necesidades que hay en Burgos no siempre son coincidentes con los que hay en la Ribera del Duero. Si bien tenemos que estar integrados y juntos porque es como podemos ir adelante, lo que sí tenemos que tener muy claro es que Asemar debe permanecer. Comprender los problemas de la Ribera no es tan fácil desde Burgos. Entonces hemos llegado prácticamente a un acuerdo, ellos lo entienden, nosotros hemos sido comprensivos también. De hecho pienso que en los próximos meses ya se dará forma final desde el punto de vista jurídico.
¿Cree que Burgos consiga la llegada del AVE puede perjudicar a que Aranda recupere su Directo?
Particularmente creo que solo puede ayudar. Creo que Burgos tiene muy claro que el ferrocarril Directo es una actividad puramente industrial y el AVE es un tren de pasajeros. En ese aspecto Burgos siempre ha sido una ayuda muy fuerte para la reclamación del Directo. Es verdad que ellos han tomado más conciencia de todo esto en los últimos ocho o diez años, pero ellos siempre han defendido clarísimamente el tren Directo. De hecho, en la zonas del norte de la provincia hay inversiones muy fuertes en infraestructura de transportes que necesitan ese Directo.