Gadea G. Ubierna

Plaza Mayor

Gadea G. Ubierna


Gracias

26/09/2023

Gracias, sí, a todos esos conductores/as que te obligan a poner tu vida o la de terceras personas en peligro cada vez que te adelantan por la derecha. Y ya no es que lo hagan sin pudor ni disimulo alguno, es que encima te afean que no les dejes ese paso que, al parecer, les corresponde por razones ignotas. Esta gran muestra de civismo parece estar convirtiéndose en habitual incluso en calles céntricas del casco urbano. ¿Un ejemplo? La avenida de Castilla y León, semana pasada, a la altura de Correos. Una furgoneta de empresa adelanta por la derecha y la izquierda a primera hora de la tarde, en un zigzag a mucho más de 50 kilómetros por hora y escasos metros de un paso de peatones en el que ya ha habido atropellos mortales. ¿Que en ese momento cruza alguien? Mala suerte.

Este ejemplo no es ni mucho menos anecdótico; no es la primera vez que denuncio en esta columna que el carril compartido con bicicletas de la avenida del Arlanzón hace tiempo que funciona como carril de aceleración para el/la espabilado/a de turno o que la carretera del cementerio algunas noches recuerda más a un circuito de velocidad que a una circunvalación: que te adelanten por la derecha es lo de menos.

Optar por aparcar el coche y moverse en bici tampoco es garantía de tranquilidad en esta suerte de histeria en la que estamos convirtiendo el tráfico en esta ciudad. Hay quien sigue obviando, no sé si por desconocimiento o mala leche, que la prioridad en un carril bici es del ciclista. Que en un adelantamiento en la calzada quien debe apartarse es el conductor del vehículo y no el ciclista. Que un semáforo en ámbar ante un cruce no es una invitación a pasar zumbando, sino una llamada a la cautela. Que sigan circulando bicis por las aceras es algo que también tenemos que agradecerles a nuestros amigos conductores. Tu vida bien vale una multa.