La derrota y el mal juego en Palencia sentencian a Paco Olmos

Á.O.-J.C.M.-R.M.
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El Hereda San Pablo cae ante el Zunder Palencia tras una desastrosa segunda mitad que provoca la cuarta derrota azulona del curso y deja al técnico valenciano con pie y medio fuera del club burgalés

Paco Olmos podría despedirse próximamente de la afición del San Pablo. - Foto: Alberto Rodrigo

El Hereda San Pablo puso fin a su racha de cinco victorias en su primer desafío ante un rival directo por el ascenso como es el Zunder Palencia, que venció por 84-69 en su pista y acerca el fin de la etapa de Paco Olmos en el banquillo azulón. El técnico valenciano vio a su equipo desaparecer tras el descanso y renunciar así a un partido en el que había mostrado su cara más seria en la primera parte. Una desconexión que provocó la cuarta derrota de la temporada y deja al técnico valenciano con pie y medio fuera.

A pesar de ello, Olmos introdujo cambios y sorprendió con su quinteto, que saltó a la pista tras 23 minutos de retraso por un problema con la anotación electrónica en la mesa. Sacrificó, por primera vez en todo el curso, a Rasid Mahalbasic para dar entrada a Joey Van Zegeren en la posición de pívot y no forzó a un Calvin Hermanson que había realizado el calentamiento pero que fue suplente.

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La marcha de Paco Olmos parece inevitable, pero no solo por el partido de ayer. Desde el inicio de temporada su equipo transmite malas sensaciones, un juego muy por debajo de lo esperado, y que ha dejado a la afición decepcionada y muy preocupada en la temporada que debía ser la del regreso a la ACB.

El problema de Paco Olmos es que quedó marcado ya tras el descenso de la ACB, con aquellos inolvidables partidos ante Andorra o Fuenlabrada. Perdió entonces toda la confianza. Sin embargo, el contrato que había firmado cuando llegó en enero procedente del Breogán no especificaba en ningún momento la rescisión si se producía dicho descenso y, por lo tanto, había que mantenerlo. Se negoció y se le dio la oportunidad de devolver al equipo a la ACB. Se formó una plantilla, en teoría, para luchar contra los mejores, Estudiantes o Andorra, pero la realidad ha sido totalmente diferente.

La propia afición no escondía jornada tras jornada su desilusión. Es cierto que se han ganado partidos, pero también que con una pobreza de juego desesperante. El equipo nunca ha tenido actitud, no ha transmitido pasión sobre la pista. Y buena prueba de ello fue el tercer cuarto de ayer en Palencia. Perdió el partido en cinco minutos, tiempo suficiente para que el conjunto palentino sacase su espíritu combativo y arrollase a un San Pablo ausente, que parecía no jugarse nada. Una auténtica ofensa para los cientos de aficionados que se desplazaron hasta Palencia. Es imposible tener mejor afición y también ofrecerle tan poco.

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(La crónica del partido completa y más información sobre Olmos, en la edición de papel de hoy de Diario de Burgos)