Son fechas propicias para los amigos de lo ajeno, sobre todo para aquellos delincuentes expertos en asaltos a viviendas. Muchos de los pisos de Burgos capital se hallan desocupados en un agosto en que no pocos burgaleses abandonan la ciudad con destino a su lugar de vacaciones, momento que los ladrones aprovechan para entrar y llevarse efectos de valor. Es lo que ocurrió a finales de la pasada semana en la plaza Virgen del Manzano, entre avenida de la Paz y Reyes Católicos. Entre el jueves y el viernes los cacos se colaron en al menos tres casas de los bloques cuya entrada da a los soportales de la plaza, entre ellos, el número 8. 

El ladrón o los ladrones forzaron las puertas tras comprobar que no había nadie en su interior y, una vez dentro, se movieron a sus anchas para buscar y llevarse los efectos que les interesan, que son dinero en metálico, joyas y pequeños aparatos electrónicos. Según señalan en el barrio, los delincuentes no debían ser muy cuidadosos, puesto que en uno de los pisos que asaltaron destrozaron un piano.

Los hechos se produjeron el jueves y el viernes, según los vecinos. El primer día entraron en una vivienda y el siguiente en las otras dos. La Comisaría envió a las casas efectivos de la Brigada de Policía Científica con el fin de tomar huellas y hallar vestigios que puedan llevar a la Policía hasta los autores.

Lo más probable es que los ladrones hayan vigilado esos bloques en los días anteriores con el fin de comprobar qué pisos estaban desocupados con el propósito de 'marcarlos' para entrar a robar en un momento posterior. Este es el modus operandi que suelen desarrollar para no llevarse sorpresas en forma de inquilinos dentro el día que deciden cometer el robo.