Ha costado recuperar la normalidad después de la pandemia, pero poco a poco todo se va pareciendo a la vida de antes de la llegada de la covid. Uno de esos positivos indicadores se encuentra en que el Camino de Santiago se sitúa ya en unas cifras similares a las que había antes de la crisis sanitaria. «El pasado año funcionamos bastante bien a partir de junio, pero en estos primeros meses de campaña que llevamos estamos a niveles de 2019», resume Javier Castro, del albergue Rosalía, en Castrojeriz, que habla ya de una recuperación total.
En esa misma línea positiva se expresan desde el resto de albergues de la provincia consultados por este periódico. Coinciden en que abril y mayo han sido meses «muy fuertes», con tasas de ocupación muy elevadas, mientras que en junio ha descendido ligeramente el número de peregrinos. Marta García, del albergue municipal El Corro, de Belorado, reconoce que el pasado año por esta época estuvo «bien», pero ahora se ha detectado un importante repunte. «Abril y mayo ha funcionado muy bien, pero ahora parece que han cortado el grifo de repente, se ha quedado más parado, aunque es verdad que en junio suele bajar algo», confiesa también Clemen de la Torre, desde el albergue Libéranos Domine, situado en Rabé de las Calzadas.
Julio y agosto tampoco son los meses donde se note una mayor afluencia de peregrinos en el Camino, pero la previsión pasa por que las cifras se queden próximas a las que se dieron también antes de la pandemia. «Hasta junio hemos tenido todo ocupado y mucha gente viene sin reserva», comenta María José Muriel, del albergue Juan de Yepes, de Hontanas. De hecho, asegura que las habitaciones privadas las tienen completas siempre al resultar mucho más cómodas.
La llegada masiva de coreanos se ha convertido en uno de los símbolos de recuperación total. Así, se alzan de nuevo como los principales protagonistas de este trayecto por encima del resto de nacionalidades. En la capital, sin datos oficiales, también se ha notado un «repunte» después del bache sufrido con la pandemia. «En el año 2019 tuvimos unos 26.000 peregrinos, yo apuesto a que este año nos acercaremos a esa cifra y nos situaremos en los 22.000», comenta Jesús Aguirre, de la asociación de Amigos del Camino. Eso sí, deja claro que no es lo mismo hablar de localidades pequeñas -donde igual resulta más fácil que todos los albergues alcancen su máxima ocupación- que en una ciudad como Burgos con una competencia muy alta entre establecimientos.