«La estrella Michelin es un sueño, aunque también da vértigo»

G. ARCE / Miranda
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12 meses con nombre propio | NOVIEMBRE. Alberto Molinero: El 28 de noviembre, este chef y empresario mirandés de 45 años lograba la primera estrella Michelin para su restaurante más personal, el Erre de Roca

Alberto Molinero, chef mirandés del restaurante Erre de Roca. - Foto: Jesús J. Matías

Un protagonista por cada mes. Una historia de éxito, de superación o de lucha detrás de cada rostro. Representan a muchos más, a todos los hombres y mujeres que llevan el nombre de Burgos por bandera y que nos mejoran como sociedad. '12 meses con nombre propio' es el anuario humano de Diario de Burgos de este 2023. En noviembre el protagonismo es para... Alberto Molinero.

Alberto Molinero, chef y empresario del grupo hostelero La Roca, es ya uno de los grandes de la cocina española. La estrella Michelin otorgada a su restaurante Erre de Roca así lo acredita. El establecimiento apenas suma un año y medio de vida y es el último de los ocho impulsados por este brillante profesional de los fogones. Ubicado en su tierra de nacimiento, es su proyecto más personal, «el restaurante que me apetecía tener y que quería abrir en mi ciudad». 

Alberto se suma a las otras dos estrellas Michelin que mantiene la hostelería burgalesa: la de su vecino mirandés, Alejandro Serrano, y la de Miguel Cobo, pionero en la Guía Michelin con su Cobo Evolución. 
«Nos ha hecho mucha ilusión el reconocimiento, aunque hasta que no nos confirmaron la estrella pasamos unas semanas previas difíciles. Ponerme la chaqueta de chef y recibir la estrella es un sueño cumplido».

Aún inmerso en la vorágine que supone esta distinción, Molinero ha centrado estos días en la planificación el año que comienza, que debe ser el del afianzamiento de la cocina de Erre de Roca, manteniendo también la evolución del resto de restaurantes a su cargo.

Miranda de Ebro es un cruce de caminos y de turistas. Siempre ha apoyado mucho a sus hosteleros y eso se nota»

La misma noche de la Gala Michelin, celebrada en Barcelona el 28 de noviembre, empezó a llegar una catarata de reservas. «En 24 horas fue una pasada las que entraron. Enero y febrero ya están completos y seguimos recibiendo peticiones para marzo. Nuestra primera preocupación ha sido evitar los problemas por una excesiva demanda y encauzarla lo mejor posible: queremos que la gente que venga a comer vea cumplidas sus expectativas». En Erre de Roca trabajan 7 profesionales, que integran un grupo hostelero con 60 personas en plantilla.

«Vértigo». Alberto reconoce que la hostelería, en la que lleva inmerso desde los 18 años, le divierte como el primer día, aunque con una estrella «te entra la preocupación de cubrir las expectativas depositadas en tu cocina, porque la gente te exige unos mínimos. He entrado en un juego en el que hace mucha ilusión entrar, pero que da un poco de vértigo. Empiezas a compararte con otros restaurantes más consolidados...».  

El chef se muestra muy orgulloso por la distinción (la segunda) que recibe Miranda de Ebro. «Somos una ciudad pequeña, pero Alejandro y yo hemos apostado por proyectos muy personales.  Estamos en un cruce de caminos muy bien posicionado. Por aquí pasa mucho turismo y, no solo eso, el cliente mirandés siempre ha apoyado mucho a sus restaurantes. Dicho esto, necesitamos del cliente de fuera y la Guía Michelin nos posiciona en el mapa gastronómico nacional».