La Guardia Civil interviene un prostíbulo en la Ribera

A. DEL CAMPO
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La Guardia Civil intervino este lunes el club de Vadocondes, situado en la N-122, donde encontró a una mujer y un hombre de origen colombiano. El dueño del establecimiento, cerrado desde finales de 2019, está bajo investigación

Fachada del club de prostitución de Vadocondes, situado a las afueras del pueblo junto a la N-122. - Foto: A. del Campo

La Guardia Civil liberó en la mañana de este lunes a dos presuntas víctimas de trata que se encontraban aisladas en el club de Vadocondes desde el inicio del estado de alarma. Los agentes desplazados hasta el local situado en la Nacional 122 socorrieron a un hombre y una mujer de origen colombiano que se encontraban en el interior de las instalaciones sin apenas recursos para aguantar el confinamiento. El dueño del club de alterne, un empresario de la zona vinculado con el negocio de las autoescuelas, está siendo investigado por su relación con la situación de la pareja, aunque por el momento no se ha confirmado oficialmente si ha quedado detenido.

Según fuentes cercanas al caso, las dos supuestas víctimas de trata habrían llegado a España desde Colombia antes de que estallara la crisis sanitaria del coronavirus para, en teoría, trabajar en la reforma de un local, el citado prostíbulo de Vadocondes. Una vez en el club de carretera, al chico y a la chica en cuestión les pilló la declaración del estado de alarma y la limitación de desplazamientos en el burdel, que permanecía cerrado. Es a partir de ese momento en el que trasciende que se encuentran aislados sin agua caliente ni comida. De esta forma empiezan a recibir alimentos donados por una ONG y que les entregaba la Guardia Civil, hasta que ayer, después de los avances de la investigación, los agentes procedieron a su liberación. 

Sorpresa en el pueblo. Más allá de que la mujer todavía no tendría la nacionalidad y estaría en España con un permiso de turismo, no han trascendido detalles sobre las presuntas víctimas. Estas incógnitas se acentúan en las calles de Vadocondes, donde ayer ningún vecino había escuchado nada sobre la actuación policial. "Ahora, con el bar cerrado, no nos enteramos de nada", declaraba a pie de calle uno de los residentes del pueblo ribereño.

Al ser preguntados por el suceso, lo que sí contextualizan diferentes vecinos es la situación del prostíbulo. Varios de los preguntados coinciden en explicar que el club cerró antes de Navidades y que en enero fue adquirido por un nuevo propietario, que al parecer está vinculado a autoescuelas de la comarca. A su vez, declaran que dentro el local se llevaban semanas realizando labores de limpieza. Algo que casa con la imagen de colchones apilados y bolsas de basura, aparentemente recientes, que se acumulan en los exteriores del recinto, bajo el techado del aparcamiento. Los lugareños también detallan que en los últimos días, ya durante el confinamiento, veían luz en el interior del edificio, lo que pensaban que se debía a una estrategia para evitar robos.

En el centro del pueblo, otras dos vecinas cuentan que el club de alterne de la N-122 ha estado funcionado más de diez años y que había cerrado hace meses. También que habían oído que el nuevo dueño no quería que funcionase como prostíbulo, sino como hotel.