El Tubos Aranda ya sonríe. Tras un inicio de curso cargado de emociones, circunstancias y resultados negativos, los amarillos consiguieron el pasado sábado su primera victoria frente a Oviedo Unión Financiera (25-24). Un momento clave que coincidió con la llegada de Javi Márquez al banquillo, la gran apuesta de la directiva para levantar el vuelo.
Muchas notas positivas, entre las que los nombres de Joaquín Barceló, Pau Guitart y Dalmau Huix destacan por encima del resto. Precisamente el último de ellos, llegado desde la capital cidiana este verano, valora la importancia de los dos puntos más allá de lo deportivo. "La victoria nos va a venir muy bien a nivel mental y así cambiar el chip". Un triunfo que reconforta también a la afición, el jugador extra del equipo. "Jugar en el pabellón es un verdadero privilegio. En toda la ciudad se respira balonmano. Nos gusta verles contentos y orgullosos".
Para Dalmau, uno de los grandes puntos de mejora en los últimos dos partidos se sitúa en campo propio. "Hemos mejorado mucho en defensa. Hemos bajado mucho la cantidad de goles que recibimos", explica. No obstante, su figura y la del capitán Víctor Megías han sido fundamentales para lograrlo. Aunque en una posición prácticamente nueva para el mallorquín. "Estaba más acostumbrado a defender en el lateral y quizá me ha costado un poco adaptarme al 3 (centro). Pero me estoy empezando a sentir muy cómodo en este rol con Megías".
Respecto al aterrizaje de Javi Márquez, reconoce la enorme diferencia de perfil respecto a Mariano Ortega. "Es un muy buen entrenador. Tiene muchísima experiencia en Plata y Asobal. Es muy metódico con las estadísticas, el vídeo, el análisis del rival... Nos va a ayudar mucho".
Tras el primer subidón ya pasado, Dalmau apuesta por mantener la dinámica a base de objetivos a corto plazo. "Hay que ponerse retos cercanos. Cuando empiezas siempre piensas en el objetivo de largo plazo. Ahora, con un arranque tan difícil, lo importante es centrarte en el sábado y no mirar la clasificación".
Aferrado al lema del 'partido a partido', el lateral se aísla de cualquier tipo de presión y se marca un reto individual de cara al transcurso de la temporada, "dar un pequeño salto de calidad en la parcela ofensiva" para redondear su buen momento.