Ya en los tiempos del Renacimiento, la imaginación sin límites de un referente como Leonardo da Vinci llevó a plantear un modelo de ciudad ideal. Para hacerla realidad, el genio diseñó un mecanismo que limpiara las calles automáticamente, eliminando las aguas residuales mediante canales subterráneos. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que se introdujo el saneamiento moderno, basado en los sistemas de alcantarillado, contribuyendo así a frenar las enfermedades y permitiendo el desarrollo de las grandes urbes. Ahora, el cambio climático supone una amenaza para este vital avance y obliga a potenciar la reutilización del agua para reducir la presión sobre un recurso natural básico para la vida y toda actividad humana. Y, en ese empeño, Aquona apuesta más que nunca por la innovación y la economía circular, para dotar a las ciudades y municipios de unos sistemas de saneamiento resilientes al impacto del calentamiento global y el tratamiento avanzado de los sistemas de depuración.
Los episodios climáticos extremos, como inundaciones y sequías, y el aumento del nivel del mar que provoca el cambio climático son un grave riesgo para los elementos de los sistemas de saneamiento (las tuberías, los tanques y las plantas de tratamiento). Eso obliga a dotar a los territorios, urbanos y rurales, de modelos más resilientes y adaptados a la nueva situación climática.
Así, con motivo de la celebración hoy del Día Mundial del Saneamiento, las Naciones Unidas ponen el foco este año en los 3.600 millones de personas en todo el mundo que carecen de servicios de saneamiento gestionados de forma segura. Y es que, más allá de ser un derecho, es necesario que todos los integrantes de una comunidad dispongan de retretes para proteger su salud de manera transversal. Por eso, agua y saneamiento para todos es el sexto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la hoja de ruta para un planeta más justo y sostenible.
Aquona lidera una campaña para que no se desechen toallitas en el váter.Labor público-privada
Aún con niveles altos de desarrollo, España aún tiene un largo camino por recorrer en materia de aguas residuales. La UE indica a sus estados miembros la necesidad de seguir apostando por el tratamiento avanzado en los sistemas de depuración. Ello supone invertir, con un modelo de colaboración público-privada, de manera sostenida en las instalaciones para atender las directivas comunitarias y para lograr sistemas más resilientes al cambio climático.
Aquona, comprometida con el saneamiento de calidad, gestiona en Castilla-La Mancha y Castilla y León 70 plantas depuradoras que durante 2020 trataron un total de 47.818.711 metros cúbicos, el equivalente a 19.100 piscinas olímpicas. Para hacer frente al desafío climático y hacer más sostenible todo el proceso, la compañía impulsa la evolución de las depuradoras tradicionales en biofactorías, un nuevo concepto basado en la economía circular. Estas instalaciones regeneran, con sistemas de tratamiento avanzado, el agua que tratan, lo que permite su reutilización en nuevos usos, como el riego de zonas verdes o la agricultura. Además, valorizan todos los residuos generados durante la depuración y se autoabastecen de energía. Solo el pasado año, la empresa produjo más de 31.920 toneladas de lodos que se destinaron mayoritariamente a la agricultura.
Precisamente, la transformación de los lodos obtenidos en el proceso de depuración en productos de alto valor añadido para la industria es uno de los objetivos del proyecto europeo Interreg Ecoval que en 2022 desarrollará una de sus plataformas tecnológicas demostrativas en la EDAR de Palencia que Aquona gestiona. Cetaqua, el centro tecnológico del grupo de empresas al que Aquona pertenece, lidera esta iniciativa en la que participan la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de Palencia y la propia Aquona, entre otros socios.
En Castilla-La Mancha, los avances se centran en la depuradora de Ciudad Real, en la que se trabaja para su conversión en biofactoría. El compromiso de Aquona es que todas las infraestructuras que gestiona sean verdes y, por ello, aplica soluciones basadas en la naturaleza para potenciar una economía baja en carbono. La preservación de la biodiversidad en este sentido es una pieza fundamental y así lo ha entendido Aquona: todas las plantas de tratamiento de agua en las que opera están 100 por 100 libres de uso de fitosanitarios.
En España, que como otros países de la cuenca mediterránea es uno de los más afectados por el estrés hídrico, se reutiliza actualmente menos del 10 por ciento del agua tratada (según la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento). A pesar de tener la tasa más alta de Europa, estos índices se sitúan aún muy por debajo de otras áreas con estrés hídrico como Israel o el estado de California.
Residuos en el inodoro
Con motivo del Día Mundial del Saneamiento, es necesario recordar la importancia de no tirar residuos por el inodoro, tales como colillas, aceite, productos para el cuidado personal (toallitas higiénicas, pañales de bebés, bastoncillos de algodón, discos desmaquillantes, tampones...), así como medicamentos, un mal hábito con una costosa factura económica y medioambiental.
Según la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y Saneamiento (AEAS), en una ciudad española de unos 300.000 habitantes se recogen alrededor de 10 kilos de estos residuos por persona al año. Unos desperdicios que obstruyen las canalizaciones y suponen un sobrecoste total estimado de unos 230 millones de euros al año.
Por eso, Aquona retoma su campaña #NosonProblemitas que pretende sensibilizar a la población acerca de la magnitud de los daños que el incorrecto desecho de estos productos puede causar. Por ello, esta iniciativa utiliza los diminutivos que empleamos cuando hablamos de toallitas o bastoncillos porque pocas veces la sociedad es consciente del impacto que puede tener su mal uso, generando problemas que están muy lejos de ser pequeños. El spot de la campaña puede verse en el canal de youtube de Aquona o en su propio perfil en Twitter, @InfoAquona.
Imaginar la ciudad del futuro pasa por hacer más sostenibles todos los servicios, empezando por algo tan básico como el saneamiento de agua. Leonardo ya lo sabía.