El CD Mirandés jugará la última jornada de la competición liguera el sábado en el Carlos Belmonte a las 18,30 horas. Se trata de un partido en el que los puntos tienen una escasa trascendencia para los dos equipos. El Albacete Balompié está ya pensando en el play off y no puede mejorar esa sexta plaza, mientras que el conjunto rojillo busca nuevas metas para añadirle aliciente al choque. 

La escuadra de Anduva quiere acabar con una victoria después de no haber podido ofrecer un triunfo a su parroquia en el último encuentro como local. La plantilla busca poner la guinda con una sonrisa y tres puntos más en su casillero, lo que le permitiría mejorar la puntuación con la que terminó la pasada campaña.

Ese es el reto que se ha puesto el conjunto burgalés en este final de Liga, superar lo conseguido hace un año. En la 21-22 acabó con 52 puntos y en 14ª posición. En estos momentos tiene los mismos puntos y es 15º. Simplemente sumando en tierras manchegas mejorará sus guarismos y se daría por satisfecho.

Lo que no está claro es si podrá mejorar la posición. Si gana, todo indica que quedará también más arriba que el anterior curso, aunque si el resultado acaba en empate será más complicado.

Lo que no tiene claro la escuadra que entrena Joseba Etxeberria es que Albacete se encontrará. El conjunto de Rubén Albés tendrá la mente en el play off y no querrá asumir riesgos de ningún tipo. Puede incluso que el cuerpo técnico pueda dar descanso a los hombres que más minutos han acumulado.

Ante tanta incógnita, el Mirandés prefiere centrarse en sí mismo y en el vestuario del cuadro castellano están centrados en sacar a la luz su nivel más alto. Saben que si consiguen su propósito estarán más cerca de lograr un resultado positivo, ya que el combinado rojillo ha demostrado a lo largo de la temporada que cuando es capaz de mostrar su mejor versión puede poner en apuros a cualquier contrincante.