21 puntos negros en los 22 kilómetros de Briviesca a Belorado

S.F.L. / Bañuelos de Bureba
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El alcalde de Bañuelos de Bureba entregó a la Junta un documento con las zonas de mayor riesgo y sugerencias de mejora, pero no obtuvo respuesta. El lunes empezará una obra que se limita al asfaltado

José María Díez (i.), regidor de Bañuelos, y Álvaro Hernando, de Quintanaloranco, exigen que ensanchen la vía. - Foto: Patricia

El alcalde de Bañuelos de Bureba, José María Díez, considera «insuficientes» las actuaciones que comenzarán el lunes en la carretera BU-710, que une Briviesca con Belorado, porque «apenas mejorarán su estado», explica. Tal es la preocupación que le genera la cantidad de salidas de vías y accidentes de tráfico registrados en los últimos años que redactó y presentó a la Junta un documento en el que recogió los 21 puntos negros de un trazado de 22 kilómetros. Teme que no eliminen ninguno de ellos y que la conducción en dicho tramo cada vez sea más peligrosa.

El escrito detallado lo acompañó con fotografías con las que pretendió advertir sobre  la peligrosidad del trazado. «Desde el punto kilométrico 0 hasta el 22 los conductores se enfrentan a curvas muy cerradas, carriles muy estrechos, poca visibilidad, un firme irregular con blandones, deformidades y baches en la calzada que en algún caso superan los 15 centímetros de profundidad», expone el regidor. Reprocha que «nunca» ha recibido una respuesta por parte de la administración regional.

La Junta tiene constancia de que el firme se encuentra en un estado deteriorado y para mejorarlo extenderá una «capa de aglomerado desde el punto kilométrico  0+000 (el cruce con la N-1 desde Briviesca) hasta el acceso a la mina de Belorado, 19+700». Por ello, la carretera permanecerá cortada desde el 18 de marzo al 5 de abril (ambos incluidos), pero habrá «personal» para indicar los desvíos. Al mismo tiempo, se «eliminarán árboles y arbustos» de la zona de dominio público y realizarán «limpiezas varias» como actuaciones complementarias. En función de las previsiones presupuestarias, también se «ensancharán las obras de fábrica, extenderán bermas y levantarán las barreras de seguridad», exponen fuentes del órgano de gobierno.

Tras numerosos parcheos, hace 12 años llevaron a cabo un reasfaltado que, en vez de aumentar la anchura de la calzada, la «disminuyó» en gran parte del recorrido y originó también un «escalón en el borde respecto al nivel del asfalto original», aclara el alcalde de Bañuelos. «Hace 3 años asfaltaron desde el punto kilométrico 0 al 3 y la dejaron todavía más estrecha que anteriormente», añade.

Por otro lado, el tránsito rodado se ha «incrementado exponencialmente» en los últimos años, especialmente por vehículos de gran tonelaje, llegando a circular más de un centenar dependiendo de la época del año. A los agrícolas se «suman camiones tráiler que participan en la cosecha y el transporte que genera la mina de Belorado. La mayoría circula a gran velocidad y obligan a apartarte y saltar el escalón del margen de la carretera, lo que ocasiona frecuentemente la pérdida del control al volante», manifiesta. 

Díez cuenta con el apoyo de Álvaro Hernando, regidor de Quintanaloranco, y Margarita Campomar, alcaldesa de Carrias. Ellos también han exigido a la propietaria de la carretera una «mejora integral» necesaria para garantizar la seguridad. Para ello, «deberían ampliar los carriles, acondicionar arcenes y abrir más las curvas, entre otras intervenciones», protestan.

Actos de protesta. Las mejoras proyectadas no convencen a los  alcaldes de las localidades afectadas, que tienen previsto convocar concentraciones de protesta en la carretera después de Semana Santa con el fin de que sus peticiones «lleguen donde tienen que llegar». La gran pancarta que elaboraron algunos vecinos de Bañuelos a modo de reivindicación -en la que podía leerse 'carretera chapucera- volverán a colgarla a pesar de que la Junta ordenó su retirada el mismo día porque «no pidieron permiso» para ello.