La reorganización y especialización de algunas unidades en el seno de la Policía Local ha reforzado tanto la presencia de los agentes en las calles como los servicios de un Cuerpo municipal que ya percibe los efectos de esta reestructuración.

Las campañas de seguridad vial, los programas de prevención de atropellos impulsados en los últimos meses y el aumento de los controles semanales son algunos ejemplos de la adaptación de la Policía a una nueva situación que también se refleja en el seguimiento de las velocidades en las travesías urbanas.

El radar móvil ha disparado las denuncias tramitadas en el primer tercio del año hasta casi duplicar las sanciones registradas en el mismo periodo de 2022 después de reforzar el servicio. La entrada en acción el pasado mes de marzo de la nueva patrulla especializada permite redoblar esfuerzos y en este momento los controles de velocidad se realizan por las mañanas y por las tardes.

La Policía Local ha controlado desde enero a un total de 11.913 vehículos y ha formulado un total de 511 denuncias tanto en vías de 30 kilómetros por hora como en aquellas con carriles de 50 kilómetros por hora. Esta cifra es un 44% más alta que la anotada en el mismo periodo de 2022, cuando se acumularon 285 denuncias hasta marzo. Sin embargo, las sanciones afectan al 4.3% de los vehículos vigilados diariamente. «Correr con el coche no es la tónica habitual en Burgos, aunque seguimos trabajando para reducir la velocidad», destaca el intendente delCuerpo municipal, Félix Ángel García.

«Hemos incrementado la posición del radar en las calles en las que conviven ambas velocidades máximas porque parece que no está claro cómo se deben utilizar», explica. «Hemos visto que hay conductores que superan desde el carril de 30 kilómetros por hora a los de 50. A veces los utilizan para adelantar y no para circular», añade.

El 'veloláser' puede sancionar de forma simultánea a aquellos vehículos que superen ambos umbrales y ya en 2022 se comprobó que a los conductores les cuesta adaptarse a a las 'vías 30', aquellas de un solo carril por sentido. Sin embargo, García matiza que aún los nuevos operativos «llevan poco tiempo» en las calles y por ello es «pronto para establecer patrones de análisis concretos».

Los controles del radar móvil se realizan en puntos muy diferentes de la ciudad «para ver cómo evolucionan el tráfico y la velocidad» en las calles. La velocidad media de los casi 12.000 vehículos controlados en este comienzo de año fue de 42.12 kilómetros por hora y la media máxima alcanzó los 74.2 kilómetros por hora. «Estamos en todos los puntos de la capital para que los conductores tengan la sensación de que el radar se puede poner en cualquier lado», explica el intendente.

(La información completa, en la edición impresa o aquí)