El comercio ve "lamentable" que se retrasen los Arandabonos

L.N.
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Cunde el disgusto entre los empresarios arandinos, que acusan al Consistorio de usar el cierre de la hostelería como "excusa" para demorar la medida. "Se están dando palos de ciego, la gestión es nefasta", apuntan los afectados

El comercio ve "lamentable" que se retrasen los Arandabonos

El retraso de los Arandabonos, que no verán la luz este 2020 a pesar de que el Ayuntamiento inicialmente tenía pensado lanzarlos el pasado mes de julio, no ha sentado nada bien entre los comerciantes de la capital ribereña. El Consistorio publicitó esta medida como una de las principales ayudas para dinamizar el consumo local durante la pandemia provocada por el coronavirus. Sin embargo, una demora tras otra ha terminado por enfadar al sector comercial, que no entiende por qué otras ciudades sí han sido capaces de lanzar estos bonos al consumo -Burgos, Miranda, Briviesca, Medina...- y Aranda no.

"Es un desastre, como todo lo que sucede en el Ayuntamiento. Lo único que les pediría es que organicen el consistorio como organizan su casa y así no tendríamos este desastre", critica Isabel Adrián, dueña de la tienda de ropa infantil Zosibel. En su opinión, el retraso con los Arandabonos, un proyecto para el que estaban asignados 240.000 euros, supone "una vergüenza". Asegura que "es indignante que el Ayuntamiento trate así al comercio" y remata: "Están hundiendo la ciudad".

No es la única voz crítica. Antonio Gayubo, propietario de una joyería con más de 50 años de historia en pleno centro de Aranda, ve "lamentable y vergonzosa" la gestión del equipo de gobierno municipal. "Teniendo en cuenta que llevamos meses en esta situación, igual cuando lleguen este tipo de ayudas, mucha gente no las necesitará porque no habrá podido resistir", señala al respecto.

Gayubo se pregunta a qué espera la alcaldesa, Raquel González, para lanzar unos bonos que ya son una realidad en Burgos capital desde el pasado 23 de octubre o en Miranda y Medina de Pomar desde esta misma semana: "¿Por qué no consultan al Ayuntamiento de Burgos cómo lo han hecho?".

La decisión de tirar la toalla con los Arandabonos para 2020 tampoco convence a la Asociación de Empresarios de Aranda y la Ribera. Su vicepresidente, Roberto Rojo, lamenta que la corporación municipal no les haya escuchado: "Insistimos mucho en que este concepto, muy interesante, no se podía plantear como una medida urgente. Pero en aquel momento estaban llenos de buenas intenciones, decían que se iba a hacer 40.000 cosas y al final no se ha hecho nada".

De ahí que cunda el malestar: "Estamos todos muy disgustados. Han actuado como iluminados. No ha habido ninguna medida, ninguna, que haya tenido una repercusión real hacia las empresas", denuncia Rojo, para añadir: "Sabíamos que esto iba a ocurrir pese a que cada mes nos prometían que era inmediato. Sabíamos que no se iba a poder ejecutar y lo advertimos en abril, mayo, junio... Y no nos escuchó nadie".

El vicepresidente de Asemar tampoco da por buena la justificación que ofreció el Ayuntamiento , que achacó la tardanza a complejos trámites burocráticos. "Eso es más bien una excusa, han usado el cierre de la hostelería, que ha sido en noviembre, para justificarse cuando los bonos estaban acordados desde abril". En este sentido, recuerda que ofrecieron al consistorio la posibilidad de que otras asociaciones empresariales, como la vasca y la riojana, compartieran su experiencia con Aranda, "pero tampoco nos escucharon".

Sin presupuestos. Para Rojo, la raíz del problema está en la ausencia de presupuestos en 2020. A su juicio, no sacar cuentas y utilizar los remanentes fue "un fracaso" y el "principal motivo por el que no se han podido aplicar muchas de las medidas de urgencia para hacer frente a la pandemia. "Sin presupuestos, no se va a hacer nunca nada. Es lo más importante que hay que entender", subraya.

A la espera de que lleguen los bonos, algo que la mayoría de comerciantes valora positivamente, piden al menos una reacción. "Las cosas están muy paradas. Se podían aplicar otras medidas. Que se vean decisiones del Ayuntamiento, de la Junta, de donde sea", reclama María José Rojo, gerente de la tienda de ropa Marabela.

Al final, todo el sistema forma una cadena y el cierre de la hostería, como incide Rojo, está repercutiendo a todos los demás sectores: "Se nota mucho pesimismo. Nos afecta a todo el pueblo".

Una idea que también comparten desde BiciAranda. Su dueña, Pilar Monzón, lamenta que "se estén dando palos de ciego con esta buena idea para promover el comercio que, sin embargo, está muy mal gestionada", concluye.