Algún analfabeto que, o bien no ha pasado por sus aulas o  bien ha sacado poco rendimiento de las enseñanzas que allí se imparten, ha aprovechado el periodo vacacional para ensuciar la puerta de la fachada del Instituto Cardenal López de Mendoza, un edificio con tanto valor histórico como educacional.

«Por suerte, la pintura se le ha acabado a la par que la inteligencia», afirma el ciudadano que ha denunciado la pintada en Twitter.

No es la primera vez que esto ocurre. En 2014, la fachada de piedra sufrió un daño aún mayor. 

Según explica el centro en su web, el edificio principal es una construcción renacentista de las más importantes de la ciudad de Burgos, finalizada en 1579. Su obra de sillera es de gran calidad, sobre todo la fachada, cuya piedra caliza procede de las conocidas canteras de Hontoria.

La escultura, centrada en la portada y los escudos, es obra de Diego Guillén y su sucesor Antonio de Elejade. La obra de carpintería fue llevada a cabo por Juan de Eras y Miguel de Osma, entre otros.

La fundación de este edificio fue el resultado de la preocupación del cardenal López de Mendosa por los más pobres de su diócesis. Por ello decidió en su testamento fundar este colegio, que se llamó de San Nicolás. Su familiar y testamentario, Pedro Fernández de Velasco, lo mandó construir en 1538 con las rentas que había dejado el Cardenal.