La imagen que presentaban las calles burgalesas esta Semana Santa nada tenía que ver con las de hace un año. Las procesiones repletas de gente y las marchas han dejado paso al silencio más absoluto. Prueba de ello es la Plaza del Rey San Fernando, que ayer mismo se encontraba desierta y la soledad definía a una estatua del peregrino con mascarilla incluida. Sin embargo, lo que el covid-19 no ha conseguido apagar es la originalidad ni las ganas de vivir estas fechas, de una forma diferente, desde el interior de los hogares.

Respetando el confinamiento y aprovechando el tiempo libre que ahora tienen los ciudadanos, la imaginación se ha disparado y las ideas para vivir esta época de una forma especial no han cesado. Ventanas decoradas, procesiones artesanales de balcón a balcón o actividades online se han sido algunas de las que más han triunfado.

El cura de la parroquia de San Martín de Porres se animó ayer a sacar al Santísimo a la azotea mientras animó a los vecinos de los bloques de al lado a poner carteles con la palabra «aleluya» y salir con linternas. Una ceremonia «con toda la seriedad», como asegura don Diego, con guantes y mascarilla.

El párroco de San Martín de Porres, en la azotea para celebrar el Domingo de Pascua con los vecinos. - Foto: Patricia

Un acto que el pasado domingo también realizó con gran éxito. En esa ocasión pidió a las familias a través de un mensaje de WhatsApp que colocasen ramos en sus ventanas.  «Fueron cinco minutos donde recorrí las cuatro vertientes de la azotea e hice la bendición en cada una de las partes para que pudiese llegar la vista a todos los vecinos», explica. Un gesto agradecido por todos, que lo vieron como un «detalle». El Viernes Santo sacó la cruz. Y es que, desde que empezó la cuarentena suele salir a la hora de los aplausos y se une poniendo el famoso Resistiré y otros temas para acompañar al vecindario.

Los cultos de la Semana Santa los ha realizado por vía streaming, «hay que adaptarse a lo que estamos viviendo ahora, ya que ellos no han podido venir nos acercamos nosotros a ellos». La catequesis también se ha adaptado, y es que desde que comenzó el estado de alarma las parroquias decidieron lanzarse a utilizar las nuevas tecnologías para llegar a los fieles, principalmente a través de los directos de YouTube.

La Archidiócesis de Burgos también pedía vivir la Pascua con intensidad desde los hogares, uniéndose a mediodía al rezo del Regina Coeli al toque de campanas. «Nos sumamos en el rezo alegre a María, orando unidos por el cese de la pandemia y porque la liberación que nos viene de la Pascua pueda llenarnos de paz y gozo».

Manualidades propias de estas fechas y en las que no falta ningún detalle. - Foto: DB

Creatividad. Los burgaleses han demostrado durante estos días festivos su arte y los ejemplos de su talento han sido constantes. Ayer se pudo observar el ingenio del barrio Pablo Casals, G-9, con su original procesión por los aires. Con dos cuerdas uniendo los bloques de pisos, y de forma artesanal, consiguieron una singular recreación de las imágenes mientras los vecinos contemplaban el paso desde sus ventanas vestidos con sus mejores galas.

Las saetas también se convierten en uno de los momentos más emocionantes de la Semana Santa. Y en esta ocasión, donde las cofradías no han podido salir a las calles, las oraciones cantadas sí se han podido escuchar desde algunas casas. Es el caso de Paz Molinero, desde Huerta de Rey, que cada uno de estos señalados días ha entonado y su voz se ha podido escuchar acompañada de emotivos vídeos del pueblo en el momento de los aplausos.

La crisis sanitaria está impidiendo disfrutar de una vida normal, pero eso no quita para que cada uno haya vivido la Semana Santa con la misma intensidad que otros años. Eso sí, de una manera completamente diferente y tirando de creatividad durante el encierro.

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