Una persecución de película culminó ayer con la detención de dos mujeres en Miranda. Solo un milagro evitó que el suceso acabara en tragedia, ya que una de ellas emprendió una fuga en coche por la zona peatonal de calle La Estación arrasando con las terrazas de los bares que encontró en su camino, hasta que finalmente pudo ser interceptada cuando quería escapar de la ciudad. Su hermana fue arrestada poco después a pie en el barrio de Anduva. 

Todo comenzó cerca del mediodía, cuando un Ford Focus gris enfiló calle La Estación a gran velocidad. En su interior iba una vecina de San Martín de Losa a la que la policía había identificado previamente porque pesa sobre ella una orden de búsqueda por diferentes causas, entre ellas una de atentado contra la autoridad por supuestamente agredir a un Guardia Civil que intentó trasladarla al juzgado de Villarcayo a recoger notificaciones pendientes. 

Según relataron a este periódico testigos y comerciantes, el vehículo hizo dos derrapes «para sortear in extremis a un par de peatones» antes de detenerse bruscamente a la altura de Caja Laboral. Ahí la mujer descendió del vehículo y golpeó gritando los cristales de la sucursal, al parecer porque su hermana se encontraba dentro realizando gestiones.  

Al ver que agentes de paisano le daban el alto, subió otra vez al coche y continuó la huida por Dos de Mayo, calle donde se vivieron escenas dramáticas ya que embistió las terrazas. «Hemos tenido mucha suerte porque podía haber sido una masacre», aseguraba el propietario del bar Topas (...).

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