Las reuniones entre la Gerencia Regional de Salud y la Orden de San Juan de Dios que se vienen llevando a cabo desde octubre para renovar el convenio especial que mantienen ambas entidades han sido «absolutamente cordiales», lo que no ha evitado que las partes se enroquen, que los religiosos pidan un millón de euros al año más, que la Junta conteste que de ninguna de las maneras va a ocurrir eso y que un centenar de puestos de trabajo estén en el aire como ya ocurrió en el año 2014. Más que en el aire. El hospital, que asegura vivir una situación económica muy complicada, afirmó ayer en un comunicado que de no recibir contestación positiva a sus demandas en los próximos días comenzará la negociación de un expediente de despido colectivo motivado por el cese de actividad total.

¿Qué pide la orden religiosa? Un incremento en la financiación del convenio de un millón de euros anuales. Es decir, que de los 5.352.000 euros en los que está ahora se pase a 6.352.000 para el próximo año y así sucesivamente para  cubrir «los costes fijos, variables y permanentes ocasionados por la actividad asistencial realizada», a lo que la Junta contestó, según San Juan de Dios, que no existía posibilidad alguna de modificación del Convenio Singular de Vinculación, que es el nombre técnico de la relación entre las entidades.

No niega esto el gerente de Sacyl, Manuel Mitadiel, que no quiso  avanzar cuál será la respuesta concreta que se dará al ultimátum de los religiosos y que afirmó que la Junta quiere seguir contando con ellos: «Cuando se renueva un convenio no hay posibilidad de variar las condiciones iniciales, que es lo que ahora se pretende, y creo que se debe recordar que este se firmó para salvar a San Juan de Dios. El 75% del total lo recibe como costes fijos atiendan a pacientes o no y en su propuesta nueva lo aumentan al 85% y esto me parece que no es correcto y que en un nuevo convenio habría que negociar».

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