El incendio que el pasado jueves de madrugada acabó con la vida del ‘Chuspi’ ha provocado trastornos a todos los vecinos del bloque 24 de la calle Villalón, en San Pedro de la Fuente. Pero hay una familia a la que le está causando verdaderos quebraderos de cabeza, la que reside bajo la vivienda siniestrada, pues el agua que vertieron los bomberos para apagar el fuego ha ocasionado graves y numerosos daños en techos, muebles y electrodomésticos. Sus integrantes, un matrimonio marroquí y sus dos hijos pequeños, llevan una semana durmiendo en un hostal, pero el día lo pasan en casa rodeados por goteras y respirando un desagradable olor mezcla de humo y humedad.
El piso carecía de seguro -la dueña advierte de que no es obligatorio-, de tal modo que la pareja de inquilinos no verá resarcidos los daños que ha provocado el agua en su sofá, sus colchones y otros muebles, que «habrá que tirar porque se han echado a perder», lamenta Kadhi, la mujer. El suelo del pasillo está lleno de cubos para contener las gotas que caen del techo y en el baño cae una lluvia permanente que obliga a proteger con un paraguas a los niños cuando sienten necesidad de ir al váter. Una imagen dantesca. Ahora, lo peor, explica la madre, «es el miedo que aún tienen» sus hijos a otro incendio, «a volver a despertarse en medio de un fuego para salir a la calle». «Siguen sin dormir bien por la noche», asegura.
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