'Coliving' para atraer a nómadas digitales a la Ribera

I.M.L.
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El primer alojamiento que ofrece a los urbanitas esta alternativa para las reuniones profesionales o el teletrabajo está ubicado en Vadocondes y es pionero en la asociación nacional de esta oferta de alquiler

Máxima Crespo, en los luminosos interiores de la casa familiar. - Foto: Alberto Rodrigo

De ser vivienda familiar a ofrecerse como espacio de trabajo y encuentro profesional. Este es el salto que ha dado la familia de Máxima Crespo en su casa de Vadocondes. «Nosotros hemos vivido aquí muy bien durante diez años, lo hemos disfrutado mucho y ahora queremos que otras personas conozcan aquí todas las ventajas de vivir en un pueblo», reconoce la impulsora de esta iniciativa, que es también una de las promotoras del salto al ámbito nacional de la Asociación de Coliving y Coworking de Castilla y León, que ya cuenta con una veintena de establecimientos. 

«Es un híbrido, tanto para el turismo como para los profesionales», puntualiza la propietaria, ya que el alojamiento tiene esa doble función, al igual que la alternativa por la que han optado muchos hoteles. «Es una adaptación similar a la que han hecho los hoteles, creando espacios para que la gente se pueda reunir, y ahora con estos tiempos en los que cada uno trabajamos en nuestra casa, poder tener un punto de encuentro», explica Crespo, poniendo algunas condiciones. «Es una alternativa a la vivienda de corta estancia, no pretendemos alquilar esto para largo tiempo pero sí que si alguien necesita probar vivir en un pueblo una temporada pueda hacerlo, probarlo, para más adelante comprar una casa donde le apetezca», invita a quien pueda estar interesado.

De esta forma, se pretende romper una de las barreras que impide que más personas den el salto a dejar la ciudad para vivir en el entorno rural. «Al urbanita le cuesta bastante dar el cambio en este aspecto porque le cuesta dejar atrás la oferta cultural que tienen ellos pero tenemos otras cosas, tenemos calidad de vida. Es una invitación para que lo prueben», insiste Máxima, que recalca que en localidades como Vadocondes se pueden tener todas las comodidades necesarias para vivir con muchas ventajas sobre la ciudad. «Aquí buscamos el encuentro de personas, de familias y de profesionales para que interactúen y, sobre todo, es una invitación a vivir en el pueblo, que la gente vea que se puede vivir de una manera muy cómoda, bastante moderna, adaptada a los tiempos y que además tienes el lujo del tiempo y de la tranquilidad», subraya. 

Trabajo y ocio. Dentro de la asociación nacional, hay espacios de coliving y de coworking, que tienen que tener como requisito indispensable una buena con conexión a Internet y «adaptar un espacio de trabajo para que puedan acoger nómadas digitales o profesionales independientes», como explica Máxima y es el caso de su alojamiento, La Ren Lecrés.

La vivienda cuenta con tres plantas, en las que se distribuyen hasta un máximo de 12 plazas, con un amplio salón con espacio para trabajar y una buhardilla habilitada con varias mesas para acoger otros tantos puestos. Cuentan con otro apartamento independiente con dos plazas y ambos edificios comparten un jardín con piscina cubierta y barbacoa. «Durante el confinamiento hemos trabajado en adecuar estos espacios, respetando algunos elementos que había y sumando toques de modernidad para hacer un espacio diferente y acogedor», comenta Máxima Crespo mostrando una caseta antigua restaurada con su techo de tejas y su puerta de madera que se usa como almacén.

Esta tendencia viene a dar respuesta a las necesidades laborales y de socialización que ha traído de la mano la obligatoriedad de teletrabajar en muchos casos a causa de la pandemia. «Con este cambio, ya no va a ser solo ‘me reúno para hacer un trabajo concreto’ sino que voy a interactuar y va a haber menos diferencia entre lo personal y lo profesional, porque trabajas solo o te encuentras con tus compañeros de manera esporádica, por lo que vas a necesitar esos encuentros para interactuar de una manera más personal porque somos uno, a nivel profesional aportamos lo que somos personalmente», analiza Máxima Crespo.

Esta emprendedora rural reconoce que está deseando ver de nuevo con vida lo que ha sido un hogar para ella y su familia durante toda una década y que sirva para ‘reclutar’ nuevos convencidos de las ventajas del entorno rural. «Queremos aprovechar para traer gente a los pueblos para que los vean, si no lo conoces no te puede gustar, hay que interactuar con el espacio para ver que los pueblos tienen muchas opciones», reitera convencida por su experiencia personal.