La cárcel de Burgos, única libre de funcionarios contagiados

I.E.
-

La prisión recibe terminales para que los presos, en algún caso, puedan hacer videollamadas, ya que las visitas y los 'vis a vis' llevan semanas suspendidos

La cárcel de Burgos, única libre de funcionarios contagiados

El protocolo anticontagio en la prisión de Burgos está funcionando a la perfección a juzgar por los datos de funcionarios y presos infectados por coronavirus. Desde que se desató la alerta sanitaria y fue declarado el estado de alarma en el centro penitenciario de la barriada de San Juan no se ha registrado ningún caso. Los datos resultan más positivos aún por comparación con otras cárceles, ya que la de Burgos es la única que se libra de contagios de la región. Así, en Ávila había (al menos hasta el sábado) 18 empleados públicos afectados; en Segovia, 11; en Soria, 10; en Palencia, 8, en Salamanca, 6; en León, 3, y en Valladolid, uno.

Las medidas de prevención y de protección no son muy diferentes a las de otras prisiones de España. Los empleados públicos respetan el mandato de no acudir a trabajar si presentan el más mínimo síntoma de haber contraído el virus, tanto fiebre como tos, pero no se está tomando la temperatura a los funcionarios al comienzo a la jornada, porque no hay termómetros que midan las décimas a distancia. En cuanto a mascarillas y guantes, los sindicatos requieren «más», porque las remesas que llegan son muy escasas y hay que tener en cuenta que «las mascarillas son de un único uso». «Es necesario que no se terminen y que nos suministren a tiempo, tanto por el contacto que podamos tener con los reclusos como con los propios compañeros», señalan las mismas fuentes. En la cárcel de Burgos hay ahora algo menos de 500 presos.

Las visitas de familiares y amigos a los presos, así, como los ‘vis a vis’, llevan suspendidas desde casi el principio del estado de alarma. En el inicio se habían limitado a locutorios con mampara, pero ahora están prohibidos, así como los permisos. Los internos que disfrutan de semilibertad pueden seguir saliendo a diario cuando sea para ir a trabajar, aunque al regresar a prisión deben someterse a controles médicos.

Ante la ausencia de ese contacto directo con los familiares y amigos, a la prisión de Burgos han llegado terminales nuevos con el fin de que en algunos casos los reclusos puedan llevar a cabo videollamadas. Desde hace semanas el número de llamadas al exterior también se ha incrementado, en concreto de 10 a 15 a la semana. El clima es de «cierta tensión», pero según señalan los funcionarios «los presos han aceptado la situación y no se están dando situaciones de agresión por el momento».

La última instrucción que dio Instituciones Penitenciarias estableció que la prohibición de las visitas se producía por la limitación de la libertad de circulación de personas que recoge el estado de alarma y que impide que familiares y amigos de los reclusos se desplacen hasta las cárceles, ya que estas visitas no están incluidas entre las excepciones recogidas. Para compensarlo, Prisiones ha ampliado las comunicaciones telefónicas autorizadas a los internos, también con sus abogados.

La restricción también se aplica a todas las salidas de permiso, salidas programadas y cualquier otra salida de los reclusos de prisión, excepto aquellas que se estimen motivadas por causas de fuerza mayor o situación de necesidad. La anterior instrucción las mantenía, aunque obligaba a los presos que las disfrutaban a someterse a controles médicos cada vez que retornaban a prisión en módulos separados del resto de los internos.

Los reclusos en tercer grado y a los que se les aplicaba el régimen de flexibilización pueden seguir disfrutando de la semilibertad siempre y cuando sea para realizar actividades recogidas entre las excepciones a la limitación de circulación, como acudir a trabajar. En todo caso,  al regresar a prisión son  sometidos a controles médicos.

Hay que recodar que la Unidad Militar de Emergencias (UME) llevó a cabo labores de desinfección en la prisión de Burgos hace algunos días.