Santi Balmes: «Una canción exige hacer diana en cada verso»

Adrián del Campo
-

El vocalista de Love of Lesbian y escritor habla del Sonorama, donde estará con su banda, y de la nueva apuesta del festival por la literatura

El músico y escritor Santi Balmes posa con su novela ‘El hambre invisible’. - Foto: Editorial Planeta

Sonorama Ribera juega con un arma muy potente: la música. Los ritmos pegadizos sirven para seducir al público y a partir de esa pasión adictiva hacerlos dependientes de la cultura. Una vez han caído en el embrujo de las notas, es fácil engancharlos a otras ramas del arte y esto es lo que pretende el festival: dar un paso más y potenciar la literatura junto a la música. Para ello ha incluido en su cartel escritores con un espacio propio. Aunque no hay que engañarse, los autores siempre han estado presentes en el evento arandino. Uno de los que acumulan varias participaciones es Santi Balmes. Él no es solo el vocalista de Love of Lesbian, también es compositor y escritor. Desde su experiencia en ambas ramas, analiza la iniciativa del Sonorama: «Creo que es una apuesta muy necesaria. Son mundos que se dan la mano y que tanto el pop se inspira en la literatura como la literatura se inspira en el pop. No lo veo para nada descabellado, sino muy coherente. No creo mucho en este tipo de festivales que lo único que ofrecen es casi, casi una lectura superficial de lo que es el mundo de la modernidad. Últimamente estamos en ese punto de hype constante y muy, muy superficial, cada vez más, y creo que la literatura le da un peso a cualquier evento, una compensación de esa cosa tan a veces caduca».

Santi Balmes es autor de una gran plantilla de canciones y de una lista de libros que va en aumento. Desde su bagaje en ambas escrituras afirma que la complejidad se incrementa con la falta de espacio. «Un libro lo puedes escribir desde un punto de vista más racional. Te puedes documentar,  rellenarlo de una información que ayude a comprender una idea. Una canción, al menos para mí, es muchas veces un sentimiento, algo que tiene que estar comprimido en un formato de tres o cuatro minutos. Te exige muchísima necesidad de concreción y de hacer diana en cada verso. Para mí sigue siendo mucho más difícil hacer una canción», explica el autor y letrista de Love of Lesbian.

Aunque su última novela, El Hambre invisible, se acerca mucho a un desnudo integral emocional, Santi Balmes confiesa que tiene canciones en las que habla de secretos mayores: «En muchas, en muchísimas, desde Domingo Astromántico hasta 1999 o La Noche Eterna». Esto se debe a que «es más fácil abrirse cantando porque la música te confiere otro tipo de poder que es la canción en sí misma. Quizá hay una frase que no se acaba de entender pero pones ese teclado detrás y todo el mundo la entiende». Aunque la técnica no es nada fácil: «Tienes que ser lo suficientemente cuco como para hablar de ti pero hacerlo en un sentido sin concreción y así en un momento dado consigues que una persona que esté en Aranda de Duero pueda pensar que esa canción ha sucedido en su calle».

Homenaje a 1999.

Después de un año en el que han mezclado sus habituales conciertos con la teatralización de Espejos y Espejismos, Love of Lesbian llega al Sonorama, donde tocarán el viernes 9 de agosto, en un momento de despedida antes de entrar en el estudio de grabación y ponerse «a juguetear». El concierto que darán en el festival arandino se centrará, como avanza Balmes, en el álbum ‘1999’ porque se cumplen diez años de su publicación, y también en ‘El Poeta Halley’ y ‘La Noche Eterna’. Será interpretado con una banda «muy orgánica» en «uno de los formatos más potentes» que han hecho. «Somos once en el escenario con lo cual nos vamos durante una temporada pero nos vamos por todo lo grande», anuncia el vocalista.

En sus diferentes presencias en Sonorama Ribera, Love of Lesbian ha pasado por varios escenarios y Santi Balmes tiene claro qué tema elegiría para cada uno de ellos: «Para la plaza del Trigo sería una canción como Me Amo y para el recinto sería Allí donde solíamos gritar». A la hora de decantarse por una ubicación, el letrista tampoco duda mucho: «En realidad yo prefiero el recinto. La plaza del Trigo cuando hicimos esa especie de parodia u homenaje a The Cure pasé un puto calor espectacular. Yo ya me he convertido en un ser acomodaticio. Necesito un poco más de frescor a mi alrededor porque eso fue estar casi al borde del desmayo». 

A pesar de guardar un recuerdo duro de su último concierto en la plaza arandina, Santi Balmes no desecha la posibilidad de pasarse por allí este año. Cuando se le pregunta si será una de las sorpresas del Trigo o si cantará La fuerza del destino en el concierto de Nacho Cano, el vocalista de Love of Lesbian prefiere no adelantar acontecimientos. Eso sí, tampoco cierra puertas: «Puede que sea una cosa de estas. Yo no descarto nada…». Y no se atreve a negar nada porque el director del Sonorama es Javi Ajenjo. «Es muy persuasivo cuando quiere. Es una de las personas que cuando me lo encuentro, se acerca y dice: te tengo que comentar algo, ya empiezo a temblar, porque sé que empieza una campaña de acoso y derribo muy bestia», declara Balmes entre risas.

Esos imposibles que logra Sonorama se deben también a la relación especial que guardan muchos artistas con el festival. Y el caso de Love of Lesbian no es distinto: «Aunque tampoco sea de los más multitudinarios tiene un cierto pedigrí y no se puede negar que realmente el concierto que haces en Sonorama es uno de los más especiales del año para ti. Es una reválida». Según Balmes esto se debe a «la coherencia» que ha mantenido en el cartel. «Es un festival muy digno para el público y la banda», añade. Esa esencia se refuerza con iniciativas como la de sumar escritores, que pueden incluso ir a contracorriente de una de las figuras que más detesta la voz de Love of Lesbian: los influencers. «Puede ser muy contraproducente apostar por ellos por el hecho de que a qué público te estas dirigiendo… puede que se te llene el festival de gente que siga a ese influencer y que no siga a las bandas y no tenga ningún interés en lo que está sucediendo allí más allá del postureo. Entonces estás condenando a tu festival a convertirlo en una especie de macrodiscoteca», advierte Santi Balmes.