Héctor Jiménez

Ni confirmo ni desmiento

Héctor Jiménez


Gasolina cochista

09/04/2023

Lo que les faltaba. El Cochismo, la ideología que defiende la superioridad del automóvil como medio de transporte y que desprecia toda alternativa que le reste espacio y preeminencia en el espacio público, se ha puesto mirando a París.

Una sucesión de titulares sensacionalistas ha concluido que la capital francesa prohíbe los patinetes, después de que un referéndum convocado por su Ayuntamiento resultase con una abrumadora mayoría de opositores a esta forma de movilidad urbana.

No ha sido así. Lo que se votó en París era sobre los patinetes de alquiler, sobre la invasión que las empresas que se dedican a este arrendamiento han hecho de las aceras y sobre el comportamiento incívico de sus usuarios, que dejan los cacharros tirados en cualquier sitio y van como locos subidos a las aceras, provocando múltiples accidentes e infinito número de sustos.

¿Qué tiene que ver eso con Burgos? Aquí no existe esa invasión de los alquilados. No vemos las escenas que también se están extendiendo por Madrid o Barcelona. Pero los cochistas, siempre atentos a cualquier ejemplo que pueda darles la razón, han cogido el ejemplo parisino como gasolina para sus reivindicaciones. Que se basan, principalmente, en no me toques el coche y a ver dónde aparcamos ahora.

Cualquiera de estas dos profundas reflexiones son perfectamente aplicables contra las obras de peatonalización en tres puntos concretos de Gamonal y contra la construcción del carril bici en Reyes Católicos. De las primeras ya hemos hablado en demasiadas ocasiones (el cochismo gamonalero no tiene remedio). De la segunda, solo puedo decir que ya era hora.

Hace muchos años, cuando se remodelaron las orillas del Vena a su paso por la céntrica avenida, clamaba al cielo que no tuviese continuidad el carril que parte de Villímar y conduce directamente al corazón del centro histórico. Ahora, por fin, se pone remedio a aquel fallo garrafal, para el que se alegó que no había sitio… porque se dejaron tres carriles para los coches.

Ahora, en lugar de sacrificar calzada, se quitan plazas de estacionamiento para cabreo de vecinos, oficinistas y recaderos del entorno. Tenía que haber una solución mejor: me sigue sobrando un carril de bajada.

Al menos con el cambio ganarán los ciclistas. La que seguro que no pierde es la empresa de la ORA, ya lo verán. A ver dónde y cuándo acaban recolocadas esas plazas azules.