Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


Salvar la Navidad

25/11/2020

Aunque algunos se resistan a aceptarlo, la mayoría somos conscientes a estas alturas de que la Navidad que viviremos este año va a ser distinta. No se organizarán actos multitudinarios, ni cabalgatas, ni habrá aglomeraciones en las tiendas, ni los bares estarán llenos; tampoco tendremos cena de empresa, a fecha de hoy, ni tan siquiera parece sensato que una familia mínimamente numerosa pueda organizar en su casa las tradicionales comidas navideñas con la participación de todos sus miembros.
Por eso llama la atención e incluso molesta que muchos políticos y representantes de diferentes sectores tengan todo el día en la boca el argumento de salvar la Navidad para justificar las medidas que se están tomando para frenar la escalada del virus, como que esa fuera la meta. A lo que llamamos Navidad, periodo en el que caemos presos del desenfreno, la aglomeración y el consumismo, ya no la salva nadie y el objetivo último del esfuerzo que estamos haciendo es, o al menos debería ser, rebajar la curva de contagios con el fin de conseguir resultados duraderos que nos permitan a todos vivir y trabajar con una cierta normalidad. Ese debe ser el mensaje y no el de recuperarnos para transformar la Navidad en un caldo de cultivo que nos haga volver, dentro de un mes, al punto de partida. Lo mismo que ocurrió en verano para salvar la campaña turística, que no se salvó y que nos ha traído donde estamos.
Otro de nuestros problemas es el gran número de mensajes confusos, incluso contradictorios, que nos llegan de emisores que deberían hablarnos claro y no lo hacen. Por eso este fin de semana he agradecido leer en este periódico lo que tienen que decir desde el servicio de cuidados intensivos del HUBU puesto en boca de su jefe, José Antonio Fernández Ratero, que deja bien clara la situación sanitaria de la ciudad. No tranquiliza lo que cuenta, pero sí saber que estamos en manos de profesionales capacitados y entregados a los que tenemos mucho que agradecer.
Mientras tanto, nos conformaremos con la controvertida iluminación navideña que pondrá algo de luz y alegría y con brindar con la familia por videollamada, a la espera de poder celebrar pronto y más seguros la fiesta pendiente.