María Albilla

Plaza Mayor

María Albilla


Hombres con piel de lobo

28/01/2021

Cuando hace unos días empecé a pensar sobre qué escribir en mi pequeño corner, se empezaban a conocer los primeros casos de personajes -en toda la acepción de la palabra- que se saltaron cualquier orden sanitario, social y moral para ponerse la vacuna de la covid-19. Hoy, que se sepa, han sido ya unos 700. España tira de raza y la picaresca vuelve a demostrar que quien hace la ley hace la trampa. Todos hemos criticado, seguro, a esos políticos, militares, sindicalistas liberados, obispos, informáticos o directivos sanitarios que optaron a la primera dosis de la vacuna sin ser su momento. Pero piensen por un segundo y, sobre todo, sean sinceros consigo mismos porque nadie va a leer su mente: ¿qué hubieran hecho ustedes de tener a su alcance ese preciado elixir y la posibilidad de alguien se lo inyecte?

La historia de la Filosofía lleva décadas estudiando la naturaleza del hombre y me sorprende lo poco que hemos cambiado respecto a los ciudadanos de los siglos XVII o XVIII, pese a que Hobbes o Rousseau poco podían imaginarse que en el XXI el poder no estaría en manos de reyes absolutistas sino en el 5G.

Qué orgulloso se sentirá Urbano, mi profesor de Filosofía de la tierna adolescencia, de que tantos años después me acuerde de aquello de que el hombre está orientado hacia el bien porque nace bueno y libre, pero es la sociedad la que lo corrompe. Y en nuestra sociedad la palabra corrupción está tan arraigada que pudre cualquier sentido de la ética y del deber. ¿Acaso iba a ser menos en esta ocasión con las vacunas?

Llevamos meses renunciando a nuestra libertad en favor de la seguridad. Rehusamos a nuestro bien más preciado y lo ponemos en manos de nuestros dirigentes pensando en construir una muralla bien cimentada contra la enfermedad, pero, a la menor oportunidad, el que tiene que dar ejemplo demuestra que el hombre es un lobo para el hombre.