Guillermo Arce

Plaza Mayor

Guillermo Arce


El dinero no da la felicidad

11/03/2022

El fútbol, muy de vez en cuando, hace bueno al refranero. El dinero no da la felicidad, dice la sabiduría popular, y los petrodólares no abren la puerta al paraíso y, mucho menos, son el atajo directo y descarado hacia la Champions, añado. El Real Madrid ganó al PSG, Goliat contra Goliat o David contra David (según se mire), millones contra muchísimos más millones, sobrados para pagar el litro del carburante del utilitario a 2, 3, 4, 5 o muchos más euros.

Esta semana hemos sabido que los jeques también se comportan como niños malos cuando se les rompe el juguete y que los cientos de millones de euros que desembolsan no hacen mejor a un deportista que los otros muchos más que apenas ganan unos pocos miles (o cientos, o nada).

Al final, se hizo algo de justicia popular sobre un césped en el que ya no se publicitaba el emporio ruso del gas, a la postre la llave de los millones y millones y millones de euros y dólares que han financiado -y financian- la invasión militar de países porque sí, la aniquilación de Ucrania. 

La condición humana se hizo más humana y mundana si cabe sobre el césped por el que rueda el balón, ante este mundo tan deshumanizado en el que habitamos. 

Me alegro porque el fútbol, a diferencia del dinero o su ausencia, ha dado felicidad a muchísima gente en las últimas horas, nos ha quitado de la cabeza -por un instante- el horror de la guerra, de la mascarilla, de las cifras de muertos, de la inflación, de la desesperanza, del dolor, de la soledad.

Necesitamos circo, jugadores que levanten al cielo sillas plegables blancas en señal de victoria, mucho mejor que milicianos enseñando Kalasnikof y dentadura de balas. Necesitamos olvidarnos de cómo somos realmente, abrazarnos por un simple balón y gritar victoria porque nos sale del alma. Esto no cuesta un duro y consume energía roja, la del corazón.