Juan Carlos Pérez Manrique

Estos días azules...

Juan Carlos Pérez Manrique


El Espolón, el libro

05/10/2022

Al Espolón le pasa como al mar de Neruda. Nos enseña música y a la vez conciencia. Si navegas distraído, te desplazas bien por la universidad de su oleaje pero si un día buscas sumergirte en su abismo o en su tiempo, reconoces entonces que es ser profundo. Si una mañana de invierno un viajero allí acude, le inquieta el sonido de su ronca voz que todo lo llena; pero si lo hace en tardes festivas de más cálidos días, podrá reconfortarse entonces si se siente parte de un grupo que allí fue para apagar algo de sus incendios, si disfruta viendo la vida que implica el incesante transcurso de peces y navíos. Y pensará luego, quizás, que la vida no es roca quieta, que siempre hay oportunidad de embarcarse, de sumarse al movimiento.

Si tú has llegado a decidir que prefieres la inquietud a la inacción que amontona olvido y quieres pensar en el movimiento del impulso que da la página o imaginar hasta dónde te puede llevar el libro, recuerda que en el Espolón existen -y han existido desde hace mucho tiempo- amables puertos de embarque que seguro han proporcionado magníficos viajes, aunque no sepamos a cuántos, ni a dónde, ni qué habrán podido hacer con ellos.

Allí estuvieron la Biblioteca del Salón de Recreo y en el edificio de El Consulado, que la Diputación siempre vinculó a la enseñanza del Dibujo y a la investigación y la lectura, la Biblioteca Pública del Estado durante casi cien años, desde que se abriera en 1871.

En el Espolón está ahora la Biblioteca del Teatro Principal, que cumple en estos días 25 años abierta, que en su colección incluye un extraordinario fondo de artes escénicas y en la que durante el período dicho se han registrado más de tres millones de accesos. Está también la Librería Espolón, con más cien años, llevada por Pilar y su hermana con tanta pasión, dedicación, conocimiento, profesionalidad. Y Música y Deportes, con parecida permanencia en el tiempo y donde Fernando ha puesto tanta vida igualmente.

Allí, de eso hace tiempo, podías reponer, además, la cuerda de la guitarra rota (otra forma de embarcar) o sustituir las bolas de tenis desgastadas. Ahora empieza nueva etapa de esa reacondicionada librería en la que Álvaro, Óscar y Guillermo quieren proponernos libros, prensa y música siguiendo su empeño de ir haciendo de la ciudad un mar de hojas y de que El Espolón sea como ese mar de Neruda hecho de música y conciencia. Y hojas.