Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


El fútbol

01/02/2021

El fútbol es un invento humano pero con un significado cercano a lo divino. Países como Brasil, Italia, Argentina o España tienen en el fútbol una de sus señas de identidad y lo viven con la pasión de lo esencial, concepto reiterado durante esta pandemia aunque, como decía un periodista deportivo, el fútbol sea lo más importante de lo menos importante. Y sus actores, los futbolistas, actúan también con gestos de perfil sobrenatural vinculados a intervenciones divinas: cuando saltan al campo tocan el césped con la mano, se santiguan, señalan con sus índices al cielo y elevan su mirada para buscar la complicidad de lo alto. Y el mismo gesto se repite al marcar un gol tras mostrar su justificada euforia; miran hacia arriba, señalan el cielo y o bien se lo agradecen al altísimo, probable hincha de su equipo, o a algún morador eterno.
El fútbol está preñado de misterios: nadie ha podido demostrar aún cual es la causa por la que los futbolistas escupen, y escupen mucho. Puede que sea una necesidad fisiológica ligada al ejercicio, pero entonces también  escupirían los jugadores de baloncesto y no lo hacen, y tampoco he visto nunca a Nadal lanzar un escupitajo, y bien que corre el muchacho detrás de las bolas. Lo dicho, es un misterio. A mí se me antoja que es un acto de virilidad, de poder, de marcar territorio, porque en el fútbol se marcan los territorios sobre todo por parte de los defensas que son los que actúan con más sentido de propiedad de su parcela, de hecho cuando yo jugaba al fútbol los defensas te advertían que si intentabas pasar por allí tu pierna corría peligro de desmembrarse del cuerpo. Y algunos entrenadores también escupen, y esto es aún más misterioso.
Ahora que no hay público, oímos gritos desgarradores de los futbolistas, como si fueran víctimas de alguna tortura. Suelen sufrir pisotones o zancadillas, pero a veces quedan inermes en el suelo y parece que han muerto, o golpean el césped con insistencia pidiendo auxilio aunque casi nunca acaban en urgencias. Son dramas transitorios.
Sí, habría que estudiar estos misterios, incluido por qué los muchachos del Alcoyano eclipsan a las estrellas del firmamento madridista en un acto de ignominiosa rebeldía.