Roberto Peral

Habas Contadas

Roberto Peral


Ya es primavera

22/03/2021

No seremos la comunidad autónoma más próspera de España, ni la más avanzada, pero tampoco hemos de tenernos por menos que nadie, así que hoy muchos andan locos de contentos porque nuestro territorio asiste a su primera moción de censura, ese mecanismo de la democracia que faculta a la oposición para leerle la cartilla bien leída al gobierno de que se trate y mediante el cual puede forzarse la sustitución del presidente de un Parlamento antes de que concluya su mandato. Ocurre que, como no estamos acostumbrados a tales sofisticaciones, todo se ha llevado a término de forma un tanto atropellada y gregaria, sin dejar de mirar de reojo a lo que sucede en otras latitudes, y los contribuyentes no acabamos de tener demasiado claras las intenciones de unos y otros. 
No bien tuvo noticia de la zapatiesta declarada en Murcia y de la marimorena de Madrid, don Luis Tudanca se apresuró a activar una iniciativa que no puede prosperar sino con la traición de unos cuantos procuradores de Ciudadanos al partido que los cobijó en sus listas, pese a lo cual el líder socialista regional no se cansa de repetir que no aceptará hacerse cargo del gobierno de Castilla y León a cualquier precio. La formación de Igea ha cerrado filas públicamente con el PP y alardea de ser una piña, pero, pese a todo, ya ha sufrido la primera deserción y la señora Arrimadas telefonea al presidente de la Junta para intentar sosegarlo a la vez que clama contra la lacra del transfuguismo y advierte a Tudanca de que está muy feo eso de poner ojitos a potenciales renegados.
Todo este trajín se nos antojaría sin duda mucho más ameno si no fuera porque, mientras la capital del reino se prepara para unas insólitas elecciones, el Gobierno intenta recomponerse y nuestros procuradores echan el día asistiendo a discursos fogosos que muy probablemente a nada útil conduzcan, la cuarta ola de la pandemia va asomando la patita en España, el ritmo de vacunación se derrumba y la crisis económica amenaza con eternizarse. Al tiempo que la política se inflama, el desánimo y la fatiga van cundiendo entre los ciudadanos, que cada vez sienten más ajenas sus propias instituciones. Bienvenida, primavera.