Pues parece estamos otra vez con la burra a brincos. Ya estamos otra vez erre que erre. Una vez más nos toca revivir la repetición de una situación reiterada que ya era más que repetida. En fin, que volvemos a lo de siempre.

Si son ustedes habituales lectores de estas páginas, sabrán que desde hace unos días corre nuevamente la tradicional serpiente otoñal que habla de cómo San Juan de Dios, hospital que guarda una relación más que especial con la ciudad de Burgos, va a cerrar sus puertas de manera definitiva. Por lo que se ve, parece ser que, como en ocasiones anteriores, la Orden religiosa que regenta el establecimiento hospitalario y la Consejería de Salud de la Junta de Castilla y León vuelven a estar a la gresca en Burgos. Sí, una vez más. Esto lleva ya pasando de manera constante, como un martillo pilón, desde hace más tiempo del que me gustaría recordar, convirtiéndose en noticia recurrente en los medios locales, como este Diario desde el que les escribo. La verdad es que esto cada vez parece más una versión posmoderna y policlínica del cuento de Pedro y el lobo, una en la que, en vez de tener un pastor que anuncia falsamente que viene el lobo hasta que viene de verdad y la lía parda, tenemos unos dirigentes que van anunciando reiterativamente a la ciudadanía, una y otra vez, que si no les dan lo suyo van a dejar sueltas e indefensas a las ovejas, hasta que al final lo hacen.

Pero la verdad es que el problema de este particular pulso entre ordenados y consejeros es que parece que, en esta ocasión, ya no hay marcha atrás. Burgos perderá así un hospital histórico en mitad de una pandemia mundial, el personal que allí ejerce y ha prestado servicios que no se pueden valorar perderá sus empleos, los pacientes, mayoritariamente mayores indefensos y en cuidados paliativos, pierden una oportunidad de mantener su precaria calidad de vida en un centro de referencia. Y usted y yo, entretanto, miramos de reojo cómo la misma Orden y la misma Consejería sí han llegado a un acuerdo en otra provincia. Y la verdad es que da qué pensar, y como aquí nadie da puntada sin hilo, seguro que no será la última noticia jugosa que conozcamos sobre San Juan de Dios. ¿Nos jugamos algo?
                                @VladimirConV