Marian Peña

Observando al Mundo

Marian Peña


La ciudad en el campo

09/06/2021

Hasta hace un año la tendencia parecía imparable. El fenómeno se iniciaba en la década de los sesenta del siglo pasado, año tras año las zonas rurales de nuestro país se van quedando sin gente hasta desembocar a lo que hoy conocemos como la España vacía o vaciada, como dicen algunos, porque llegar a este punto no ha sido por casualidad sino fruto del reiterado desinterés y la inacción de todos los gobiernos que ha tenido este país, que han conseguido que los pueblos se conviertan en lugares con nulas oportunidades en el plano laboral, cultural o educativo, por no hablar de la falta de servicios, especialmente los sanitarios. 
Pero llegó la pandemia y el encierro y el freno de la actividad parece que ha hecho reflexionar a muchos sobre la forma de vida que ‘sufrimos’, sobre todo en las grandes ciudades, lo que unido al auge del teletrabajo ha conseguido que no pocas personas hayan puesto su punto de mira en el campo y que incluso se planteen trasladar allí su residencia, algo que ya se refleja, por ejemplo, en indicadores como el incremento de las búsquedas en internet de viviendas en pequeños municipios, especialmente en el entorno de las ciudades de un cierto tamaño.
Desde luego, sería una buena noticia que la tendencia comenzara a invertirse y que nuestros pueblos recobraran vida y oportunidades, porque llegarán a ellos personas concienciadas y con ganas de poner proyectos interesantes en marcha y sacarlos adelante, pero no es oro todo lo que reluce. Dar un paso así no es tan fácil como puede parecer, sobre todo porque irse a vivir a una zona rural implica muchas cosas más que cambiar el lugar de residencia. Allí, el modo de vida, las costumbres y las relaciones son diferentes. A pesar de todo hay quien aterriza como un elefante en una cacharrería queriendo vivir en el campo del mismo modo en que lo hacía en la ciudad, con escaso respeto por quienes les rodean y por la naturaleza. En los pueblos, los gallos cantan al amanecer y los animales andan sueltos por las calles, los bosques no agradecen el paso de cosas como los quads y la naturaleza se ve afectada por los residuos que algunos van dejando indiscriminadamente, cosas que ya no deberíamos tener que explicar, aunque alguno parece haberse perdido esa lección.