Lo sé, es una obviedad. Y tendría otras muchas frases hechas y citas más o menos destacadas que nos remiten a la necesidad de acción para que algo cambie, avance, mejore. Porque las palabras no sirven de palanca para mover el mundo, si acaso, como punto de apoyo para esa palanca, y no siempre.  

Llevamos unas cuantas semanas oyendo hablar del chorreo de millones que va a salir de tal o cual institución pública, que va a repartirse de tal o cual manera entre los distintos territorios nacionales, regionales, locales para paliar las consecuencias que está dejando la covid-19 en la sociedad global y su economía. 

Pero para que esas ayudas económicas lleguen a los territorios hay que tener unos proyectos que se puedan materializar, algo concreto que enseñar a la UE o el Gobierno central o la Junta para que los ayuntamientos puedan optar a estos millones para sus convecinos. Ahora es el momento de tener las cosas claras, qué es lo que necesita cada ciudad, cada municipio de manera urgente y que se pueda plantear y adjudicar este año. Sí, este año para los primeros fondos, los que vengan después ya veremos. Hay que ponerse las pilas para escoger cuanto antes en qué sectores es más operativo invertir esas ayudas para que tengan un reflejo en la reconstrucción de cada zona en cuestión, en la resiliencia o poder de adaptación de nuestro entorno.
Necesidades hay muchas y nos podemos perder en la maraña de necesidades. Nunca va a llover a gusto de todos, pero lo que se haga por el bien y el futuro del territorio será mejor que el perderse en discusiones y discursos, porque el movimiento se demuestra andando, no hablando.