Recientemente he descubierto que soy adivino, pero no porque esté iluminado sino por simple observación. La realidad se cuenta en modo repetitivo, ha entrado en bucle, y no parece que estemos cerca de salir de esto.
Por ejemplo, si van a ver un telediario no lo hagan, yo les anticipo lo que les van a contar: primero hablarán de cómo va la pandemia, cifras de infectados, incremento de pacientes en porcentajes en UCIS y casos por 100.000 habitantes. Después puede que cuenten lo mismo pero desglosado por ranking de comunidades autónomas, no todas, pero un buen muestrario. A continuación les enseñarán imágenes de cómo estaba alguna ciudad hace un año y como está ahora, qué hacíamos entonces y qué hacemos ahora, no es que no lo sepamos pero necesitan contarnos lo que ya sabemos.
Después llegarán las cifras del descenso de la actividad económica, lo que ha caído la facturación en tal o cual sector en el último año con la intervención de algún afectado que afirmará que están al borde del colapso, y será verdad. Más tarde relatarán la lentitud en la Unión Europea en el ritmo de vacunación, aunque algún político declarará que confían en llegar al 70% de la población vacunada al final del verano. Incluso puede que hablen un poco de AstraZeneca. A continuación nos mostrarán imágenes de fiestas clandestinas en Madrid, algunos cientos, y cómo disuelve la policía esas fiestas en las que los participantes van sin mascarilla.
Después informarán que Brasil va de mal en peor, que ha batido otro récord de muertos, pero Bolsonaro ha declarado que se están poniendo las medidas pertinentes para que todo mejore. A continuación sabremos que Biden tiene un plan, aquí es cuando echamos de menos a Trump que daba muchos titulares.
Habrá algún apunte de cómo se espera que sea el verano tras esta cuarta ola, y algún ministro declarará que confían en que todo va a ir a mejor. Y puede que salga Díaz Ayuso diciendo que la culpa de todo es de Sánchez, que es un presidente sin cabeza, pero pedirá su cabeza. Finalmente en deportes dirán que los atletas que participen en las próximas Olimpiadas tendrán que ir vacunados. ¿Les suena todo esto?
El periodismo necesita una vacuna que le saque de este bucle.