Juan Francisco Lorenzo

Pensar con los ojos

Juan Francisco Lorenzo


Felicidad

06/06/2022

En el ranking mundial de países más felices Finlandia ha vuelto a ocupar el número uno, y países nórdicos vecinos le acompañan en los primeros puestos. Aquí nos cuesta creer en esas clasificaciones, no sabemos qué criterios siguen, pero suena raro que un finlandés sea más feliz que por ejemplo un gaditano, aunque todo depende de qué entendamos por felicidad pero, con poca luz y poco sol, los españoles estaríamos chungos, tirando a tristes, y nos quedaríamos en casa. Por ejemplo, siempre he creído que Burgos tiene más habitantes en verano: sales a la calle y hay niños por todas partes, en invierno apenas hay almas pululando. 

Los Bancos también ofrecen premios en modo felicidad pero llevan TAE, un edulcorante nada ecológico, no es felicidad pura, va ligada a sus generosos créditos: cumple tus sueños, te dicen, claro que para soñar hay que estar dormido y eso es lo que pretenden, adormecernos. No crean en la felicidad que venden los Bancos, va ligada a compromisos de permanencia de por vida como lo que regala Movistar que no es trigo limpio.

Y qué decir de la felicidad que circula por las redes sociales, no es auténtica, tiene trampa, fotoshop, su reino no es de este mundo como el de algunas confesiones religiosas que predican que lo bueno viene después, por eso se están quedando sin gente porque nadie quiere esperar a nada, todo se desea ya, lo más tardar… ayer.

Algunos creemos que la vida en plenitud, lo más parecido a la escurridiza felicidad, tiene relación directa con los vínculos que generamos, con la excelencia o torpeza de nuestras relaciones y en esa lista entran amigos, familia, vecinos, compañeros de profesión e incluso cuñados que están muy desprestigiados injustamente. Una buena red de relaciones en esos ámbitos es como la red que usan los trapecistas: si te caes por lo que sea tienes una red humana que te protege. Digo yo que en Finlandia tendrán de esto, aunque para protegerse lo último que han hecho ha sido pedir su entrada en la OTAN y no sé si eso va a contribuir a aumentar su felicidad. 

Estén atentos, hay mucho fraude en lo de la felicidad, la auténtica no se busca, llega espontáneamente si no pretendes triunfar y simplemente encuentras tu sitio.