María Jesús Jabato

Señales de vida

María Jesús Jabato


Lado triste

29/01/2021

E l Papa-Moscas, periódico satírico burgalés del XIX, a todo ponía su puntita de sal y pimienta tocado por la irónica pluma de su director, Jacinto Ontañón, y decimos a todo, y de todo nada se salva. Así, encabezaba la árida nómina de nacimientos y defunciones del Registro Civil con los títulos Lado alegre y Lado triste, respectivamente, incluyendo en aquel los matrimonios, aunque no siempre conllevaran tanta dicha como se presuponía; ya lo decía el periódico en versos burlescos: Mi suegro grita furioso,/ mi suegra me quiere ahogar,/ mi mujer me llama odioso./ ¡No hay nada tan delicioso/ como la paz del hogar!
Estos días hemos alcanzado las seiscientas muertes en Burgos por causa del coronavirus, que mañana hará un año que, según las crónicas, dejó ver sus amargos cuernecillos. Es, como decía El Papa-Moscas, el lado triste del Registro Civil, la huella del zarpazo brutal que nos hiere día a día, que nos ensombrece día a día, que nos mata día a día, porque con cada uno de los nuestros que muere, morimos todos un poco. Jacinto Ontañón, que, como decimos, hacía chanza de lo divino y de lo humano, no se paraba en barras ante la muerte, y satirizaba el fallecimiento repentino de una mujer de ciento trece años: Se comprende: así sería,/ porque quien vive en España/ más de un siglo, necesita/ que lo mate una centella/ u otra cosa parecida./ O muere así, de repente,/ o vive toda la vida. 
El coronavirus es hoy la centella que mata a los centenarios y a quienes no lo son y no llegarán a serlo. Ensordecidos por la tragedia silente de las ausencias, traemos hoy a esta columna a los seiscientos fallecidos en Burgos que nos desordenan la paz y las palabras. Ellos son la caligrafía con la que se escribe el lado triste de este tiempo atroz y mantienen viva la hoguera de la aflicción colectiva. Vaya para ellos nuestro recuerdo, nuestro lamento y nuestra oración.

mariajesusjabato@mariajesusjabato.com