Poco, o más bien nada, ha durado la alegría a algunos abogados que hace unas semanas celebraban que el Ministerio de Justicia atendiera por fin una reivindicación histórica: declarar inhábil la Navidad para poder tener un descanso en estas fechas. Porque de nada ha servido esta nueva ley para todos aquellos letrados que tenían causas pendientes en el Juzgado de Instrucción número 2 de Burgos. La titular de este órgano ha mantenido su calendario previsto de señalamientos y tomas de declaraciones, lo que ha dejado sin vacaciones a no pocos profesionales que se confiesan «muy molestos» con esta decisión.
El pasado 23 de diciembre, el mismo día que entró en vigor la reforma del artículo 183 de la Ley de Orgánica del Poder Judicial que declara inhábiles los días desde el 24 de diciembre al 6 de enero para todas las actuaciones en tribunales, la magistrada de Instrucción 2 dictó un auto en el que habilitaba las dos semanas de Navidad para poder llevar a cabo juicios orales y declaraciones, si bien las dejaba sin efecto a efectos de cómputo de plazos procesales.
La jueza sustentó su decisión en la carga de trabajo de su juzgado, que «excede del módulo previsto por el Consejo General del Poder Judicial, llegando en ocasiones a alcanzar el 300% de la prevista». La aplicación de la nueva reforma legislativa, añadió, supondría la suspensión de más de 30 señalamientos, «con el consiguiente y evidente perjuicio para las partes».
Esta suspensión, prosiguió la magistrada titular de Instrucción 2 en su auto, conllevaría un «trabajo extra» para la oficina judicial, ya que por un lado tendría que intentar llevar a cabo la notificación de la suspensión a los afectados y posteriormente volver a citar a testigos, justiciables y perjudicados.
Por otro lado, apuntó a la huelga de Letrados de la Administración de Justicia como otro de los motivos para no llevar a efecto la inhabilidad del periodo navideño. «Se ha producido una dilación de los señalamientos, que quedaría agravada aún más» si no se señalase en los días indicados.
Pero ninguna de las cuestiones ha convencido a un buen número de abogados que han tenido que acudir a los Juzgados de Reyes Católicos en Navidad pese a existir, por fin, una ley que les aseguraba un descanso y conciliación familiar. En primer lugar, alega uno de ellos, porque «ninguna de las causas era tan urgente como para mantener los señalamientos». Es más, asegura que se ha citado a personas para tratar «delitos leves», lo cual ha causado «perjuicios a justiciables que tenían pensado irse fuera de la ciudad y que han tenido que volver».
Otro de los letrados consultados por este periódico lamenta que contra el auto dictado por la magistrada «no haya capacidad de recurso», lo que impide alegar contra una decisión que considera «tremendamente injusta», más aún si se tiene en cuenta que es «única» en los juzgados de instrucción de Burgos. «Estás preparado para una causa urgente. Igual que ocurre en agosto, pero no para cuestiones que podían resolverse en otro momento».
Otro de los defensores se muestra aún más crítico con el argumento del colapso del juzgado. «Le corre prisa con causas que no tienen ninguna enjundia pero luego hay asuntos de más de dos años en un cajón, sin que sepamos nada», protesta antes de denunciar «incumplimientos de plazos y horarios por parte de la titular». Desde el Colegio de Abogados reconocen algunas de estas quejas, pero afirman no poder hacer nada al respecto al ser la jueza «soberana».