Sentirse un músico de La M.O.D.A.

ALMUDENA SANZ
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El septeto espera que 'Canciones', el libro con las letras y acordes de su discografía, sirva para que sus seguidores las toquen o se trasladen a nuevos lugares con las ilustraciones de Sanpedrosanchez

Los siete músicos de La M.O.D.A. y Pedro Sánchez (cuarto por la izquierda) sujetan el libro con las pinturas originales como telón de fondo. - Foto: Alberto Rodrigo

Hablan de una suerte de nostalgia, del recuerdo de aquellos chavales que intentaban sacar con su guitarra la canción de su grupo favorito, que escribían en una cuartilla las letras que más los emocionaban e incluso de aquellas tardes en las que tanteaban sus primeras composiciones, con tachones, con virutas de lapicero, y piensan en quienes ahora hacen lo mismo, en los muchos seguidores que les han pedido sus partituras. Vestidos de calle, despojados de su uniforme artístico, los músicos de La Maravillosa Orquesta del Alcohol cuentan los entresijos de Canciones, el volumen en el que reúnen los acordes y las letras de los 52 temas de su discografía, cada uno con la correspondiente ilustración de Sanpedrosanchez (Pedro Sánchez), un libro objeto editado con mucho mimo que presentan y firman mañana (18 h.) en La Zona Galáctica (Valladolid, 11). En esta tienda ya se exponen los originales de esas pinturas que invitan a jugar y a adivinar con qué canción van. 

«A todos los grupos nos hace mucha ilusión que alguien quiera tocar una canción nuestra. Si hay una sola persona que con el libro pilla un instrumento y empieza a tocar o cantar nos hace muy felices. Está hecho para todos, para el que sabe música y para el que no», resume David Ruiz, ilusionado, como todos, de acariciar algo que se ha alargado tres años. El runrún de reunir estos 11 años de trabajo viene de lejos y encontraron en Pedro Sánchez, viejo amigo, con el que ya colaboraron en La primavera del invierno, al mejor aliado. 

Con tinta y plumilla, creó una ilustración para cada canción. Él mismo desvela que ha sido de una manera intuitiva, con mucha prueba hasta el dibujo definitivo, muy poco a poco. «Es una responsabilidad. Estas canciones las escucha mucha gente y darles un soporte visual es difícil, porque cada uno la hace suya e interpreta a su manera», sostiene y confiesa que alguna vez ha tirado de teléfono, sobre todo con las letras con más carga poética, más abstractas y complejas de llevar al papel, y que se ha divertido mucho con Nuevo Cancionero Burgalés. «Se parece más a un cuento. Tiene una narrativa más clara», agrega el ilustrador, que tiene en Gasoline a una de sus favoritas, «por ser de las primeras que escuché», y se siente muy identificado con Mañana voy a Burgos, por eso de ser de Teruel y haber dicho esta expresión en más de una ocasión desde que hace ocho años llegó a la ciudad del Arlanzón. 

Los músicos se rinden a la interpretación que da Sánchez a sus canciones (imperdible el retrato que los hace en las primeras páginas). «Es interesante porque te puede llevar a otro sitio distinto, es un valor añadido a lo que puedes sentir cantando, leyendo la letra o escuchando la canción», apunta Jacobo Naya y enfatiza Nacho Mur su valor artístico: «Hace que el libro, además de práctico, sea un objeto que quieras tener en casa como un disco o un vinilo». 

Canciones listas para que chavales como fueron los de La M.O.D.A. sueñen en sus habitaciones que ellos también son músicos.