En un mundo cada vez más uniformado, en el que vayas por donde vayas resulta difícil encontrar gentes, lugares y productos auténticos, que conserven su esencia, y que no sean más de lo mismo, resulta reconfortante constatar que existen sitios que permanecen como antaño y que siguen siendo referencia para propios y extraños.

Uno de estos lugares se encuentra en nuestra ciudad, ha cumplido 115 años y lo ha celebrado por todo lo alto. Se trata de una de las librerías más emblemáticas de la ciudad que lleva el nombre del lugar donde se ubica desde 1907, en el número 30 del paseo del Espolón. Dos hermosos olivos y una guirnalda de flores enmarcan estos días la inconfundible y centenaria fachada de la Librería del Espolón, donde este sábado se daban cita clientes, vecinos, escritores y músicos locales para festejar junto a las hermanas Pilar y Carmen Canales, actuales propietarias del negocio que lleva tres generaciones en su familia y que ha visto pasar por allí a los más importantes autores e intelectuales de la sociedad burgalesa, y a muchos de la española, de los últimos cien años. Un cariño que algunos de estos escritores devolvían el sábado en forma de lectura de poemas y presentación de sus últimas obras.

A Carmen y Pilar hay que darles las gracias por mantener con tan buena salud a la emblemática librería, de añeja fachada, existencias muy actuales y espíritu más que comprometido con la cultura y los autores burgaleses, cuyas obras cuentan desde siempre con un lugar destacado en su escaparate y estanterías; así como con la difusión de la literatura que Pilar lleva haciendo de forma tan brillante, durante décadas, en la radio local.

En los tiempos difíciles que corren para este tipo de negocios, amenazados por diferentes crisis, tiene mucho mérito mantenerse en el mercado, algo que, sin duda, tiene que ver con fabuloso trato directo que ofrecen a cualquier persona que cruza las puertas de este paraíso de la lectura, con el que ninguna plataforma digital de venta puede competir, ni con su certero asesoramiento personalizado a los clientes habituales, que no son pocos.

115 años y tan guapa, así reza una pancarta colocada en su escaparate, junto al nombre del establecimiento. Damos fe y esperamos que sean muchos más.